Este artículo se publicó hace 11 años.
Isabel II tenía preparado un discurso por si estallaba la Tercera Guerra Mundial
"Ahora, esta locura de la guerra se está extendiendo una vez más por el mundo", decía el discurso redactado por la autoridades británicas y pensado para emitirse la primavera de 1983.
Hace 30 años la autoridades británicas tenían tan clara la posibilidad de una guerra entre la URSS y Occidente que la Reina Isabel II tenía preparado un discurso para pronunciar a la nación en caso de que la contienda se hiciere realidad.
El macabro discurso ha sido difundido este jueves por los Archivos Nacionales, dentro de una orden que obliga a hacer públicos materiales de la oficina del primer ministro y su gabinete después de 30 años de absoluto secreto.
"Ahora, esta locura de la guerra se está extendiendo una vez más por el mundo y nuestro valiente país debe prepararse de nuevo para sobrevivir contra viento y marea", tenía que haber dicho la monarca a los ciudadanos ingleses, siendo consciente de que los bombardeos sobre Londres no serían iguales que los que efectuó la aviación alemana durante la II Guerra Mundial, sino que, una vez pulsado el botó rojo, la destrucción sería desorbitada en ambos bandos.
Quizá por eso la monarca empleaba un tono más calmado que cuando Winston Churchill habló a la nación para combatir las fuerzas nazis. Nada de instar a la resitencia y a la combatividad contra el enemigo. "Si las familias continúan unidas y decididas, dando cobijo a los que viven solos y desprotegidos, la supervivencia del país no podrá romperse", dejaron escrito para que Isabel dijera a los británicos.
La Reina habría continuado: "Nunca he olvidado la pena y el orgullo que sentí cuando mi hermana y yo nos arremolinamos en torno al transistor del cuarto infantil para escuchar las inspiradoras palabras de mi padre -el rey Jorge VI- en ese desafortunado día de 1939", cuando dio comienzo la II Guerra Mundial. "Ni por un momento imaginé que este solemne y terrible deber recaería un día sobre mí".
Citando estrechos vínculos de la vida familiar como la mejor defensa contra lo desconocido, el discurso también mencionó al segundo hijo de la reina, el príncipe Andrés, que servía en la Marina Real en aquel momento. La familia era la base del hipotético discurso, como reflejan frases como "los horrores de la guerra no podrían haber sido considerados más remotos cuando mi familia y yo compartimos nuestra alegría navideña con la creciente familia de la Commonwealth".
El discurso de la Reina se imaginó para ser emitido en la primavera de 1983, con el telón de fondo de un empeoramiento de las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética, cuando el presidente estadounidense Ronald Reagan describió a la Unión Soviética como un "imperio del mal".
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