Este artículo se publicó hace 13 años.
Los islamistas se presentan como favoritos en los comicios tunecinos
Más de cien partidos presentan candidatos para formar parte de la Asamblea Constituyente
Hessen Hanini está nervioso. Lleva mucho tiempo esperando este momento. Tiene 28 años y no ha conocido otro presidente que el derrocado Ben Alí. Él y su familia votarán el domingo por primera vez. Les llega el momento de decidir y hay más de cien partidos entre los que pueden escoger. Los favoritos son los islamistas Ennahda, aunque puede que el voto quede muy dividido.
"Tengo muchas ganas de votar. Y después esperaremos los resultados y los aceptaremos", explica Hanini, que trabaja como activista en derechos humanos. Él y su familia son musulmanes y practicantes, como la mayoría del país, pero esto no significa que mezclen religión y política. "No podemos votar a una fuerza islamista. No podemos aislarnos de los otros países", decía ayer otro tunecino, el taxista Chokri Said.
"No podemos votar a los islamistas, nos aislaremos", opina un tunecino
Los dos participaron en las muchas manifestaciones que desencadenó el suicidio de Mohammed Bouazi en protesta por unas condiciones de vida que consideraba miserables. Había empezado la revolución tunecina. En sus cabezas aún resuena "Dima, dima", la canción de esta revolución, una versión de Lakadjina y Yasser Jeradi de la mítica Estaca de Lluís Llach que se convirtió en símbolo de la lucha antifranquista.
En las paredes de Túnez todavía se pueden ver numerosas pintadas contra Ben Alí y su partido, el RCD. Las únicas que han sido blanqueadas son las que se han reservado a los partidos: Fórum democrático por el trabajo y las libertades (Ettakatol), Partido para el Trabajo Tunecino (PTT), Partido Demócrata Progresista (PDP), Polo Democrático Modernista (PDM)... Hay comunistas, panarabistas, ecologistas, centristas reformistas, socialdemócratas
De aquí saldrán los 217 miembros de la Asamblea encargada de redactar la nueva Constitución. Son más de 11.000 candidatos en 1.500 listas, con sólo un 5% de mujeres encabezándolas y más de la mitad independientes, entre los que se esconden miembros del antiguo régimen.
Ennahda advierte de que sus partidarios saldrán a la calle si hay fraude
Los últimos días han sido de manifestaciones y contramanifestaciones. La principal controversia fue la emisión de la película de animación francoiraní Persépolis. Salafistas violentos atacaron la residencia del director de la cadena y protestaron frente a la televisión Nessma. Los progresistas reaccionaron después con otras protestas convocadas a través de internet, que llegaron a reunir a 5.000 personas. "Somos musulmanes y no retrógrados" o "No al Tunistán", decían sus pancartas.
¿Doble moral?Ennahda, principal partido islamista y favorito en estas elecciones, condenó las agresiones a la cadena de televisión, aunque hay quienes le acusan de tener una doble moral: un discurso aperturista pensado hacía al exterior y, a la vez, aspirar a una vuelta a los valores más conservadores y retrógrados.
"Nuestro partido tiene la mayoría de los votos", afirmó Rached Ghanuchi, que fundó el partido en 1981 y vio cómo después era ilegalizado y reprimido por Ben Alí. A su vez, alertó de un "riesgo de manipulación de los resultados" de las elecciones y amenazó con lanzar a sus simpatizantes a la calle en caso de fraude electoral.
El islam es la religión del Estado y de la casi totalidad de los 11 millones de tunecinos, aunque también hay minorías católicas, judías, protestantes y ortodoxas. En su fundación, Ennahda se inspiró en los Hermanos Musulmanes de Egipto, pero ahora se dice cercano al partido islamista moderado AKP de Turquía.
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