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Israel Los demócratas de EEUU cuestionan su tradicional apoyo a Israel

Si hasta ahora Israel era un país sagrado, ha comenzado a criticarse. Varios aspirantes demócratas han realizado declaraciones inequívocamente antiisraelíes y contra la ocupación de los territorios palestinos, dándose una situación sin precedentes que causa alarma en el estado judío.

El senador y precadidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos Bernie Sanders. - EFE

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

No hace mucho tiempo, cuando un demócrata anunciaba que aspiraba a la presidencia de Estados Unidos, inmediatamente comunicaba al país un paquete de gestos favorables a Israel y se apresuraba a viajar a Tierra Santa para reunirse con el primer ministro israelí de turno. En los tiempos que corren, eso ha cambiado.
Uno de los principales candidatos demócratas, el senador progresista Bernie Sanders, que para más inri es judío, denunció la semana pasada el gobierno de Benjamín Netanyahu diciendo: “Es un gobierno de derechas, y me atrevería a decir que racista”, un comentario inédito en lo alto del partido demócrata.

Otros cinco precandidatos demócratas han criticado a Israel en los últimos días. Bernie Sanders y sus compañeros de partido que aspiran a entrar en la Casa Blanca saben muy bien que las bases demócratas han experimentado un cambio sustancial en los últimos años, especialmente las bases progresistas del partido, gente que también vota en las primarias, de manera que criticar a Israel ha dejado de ser tabú.

Las encuestas sobre el apoyo de la sociedad estadounidense a Israel confirman la preocupación reinante en este país

Cosas que nunca se había dicho en la arena política de Estados Unidos, se están diciendo estos días. Algunos candidatos, por ejemplo, han declarado que Netanyahu está boicoteando cualquier intento de lograr la paz con los palestinos, una denuncia insólita en ese país y que se hace porque los candidatos demócratas creen que les dará más votos.

Las bases del partido pronuncian en voz alta otro tipo de sentencias inauditas, como que Israel ha destruido los acuerdos de Oslo de 1993, que Israel roba la tierra de los palestinos continuamente o que mantiene a 5 millones de palestinos sin estado, sin derechos humanos y bajo una administración militar permanente. En consecuencia, cuestionan la ingente ayuda militar y civil a Israel.

Las bases socialistas del partido demócrata apoyan la campaña Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS), como hacen numerosas organizaciones civiles e iglesias progresistas de EEUU. Se trata de un fenómeno creciente que preocupa a Israel y que el estado judío está confrontando con mucho dinero, de Israel y de la comunidad judía de EEUU, y con la ayuda de los servicios de inteligencia que discretamente confeccionan expedientes personales de los activistas americanos del BDS para usarlos contra ellos.

Las encuestas que se realizan continuamente sobre el apoyo de la sociedad estadounidense a Israel confirman la preocupación reinante en este país. Un sondeo de Pew Research de 2018 revela que mientras el 79 por ciento de los republicanos simpatiza con Israel más que con los palestinos, solo el 27 por ciento de los demócratas participan de esa opinión, un porcentaje que todavía es más reducido entre los jóvenes.

Mientras que el apoyo a Israel ha ido menguando significativamente desde 2001 entre los demócratas, entre los votantes republicanos ha ido creciendo. Entre los evangélicos, que representan una sólida base del partido republicano y son extremadamente conservadores y sionistas, el apoyo a Israel en general y a Netanyahu en concreto es particularmente alto.

Entre los evangélicos, un 78 por ciento se alinean con Israel y solo un 5 por ciento con los palestinos. Entre los republicanos en general un 52 por ciento ven favorablemente a Netanyahu, un dato que contrasta con el 18 por ciento de los demócratas que comparten esa opinión.

Un fenómeno similar ocurre entre la nueva extrema derecha europea. Los clichés antisemitas de la histórica derecha del viejo continente se han relegado a un segundo plano y ahora la extrema derecha es inconfundiblemente proisraelí, probablemente debido al tratamiento racista de Israel contra los árabes, puesto que la extrema derecha considera que los árabes, es decir los musulmanes, son sus auténticos enemigos.

El partido de Netanyahu publicó un tuit respaldando a Vox argumentando que la extrema derecha europea apoya a Israel en Bruselas

Este fin de semana el portavoz de Relaciones Públicas del Likud, el partido de Netanyahu, publicó un tuit respaldando a Vox, argumentando que la extrema derecha europea apoya a Israel en Bruselas. Las relaciones de Vox con los Yihadistas del Pueblo iraníes, una organización que con anterioridad fue catalogada de terrorista en EEUU, se han desvelado en los últimos meses, cuando los dólares de los Yihadistas del Pueblo han colaborado generosamente a la campaña de Vox. Funcionarios estadounidenses han dicho que Israel está detrás de esa organización iraní del exilio.

Hasta hace poco, una crítica moderada a Israel por parte de un candidato demócrata podía significar el fin de su carrera política. Hoy es distinto y los candidatos demócratas, no uno sino muchos, pueden criticar al estado judío y de hecho lo hacen con frecuencia. Cuanto más progresistas son las bases demócratas, menos simpatizan con Israel. Hasta cinco candidatos han dicho que si llegan a la Casa Blanca restablecerán el acuerdo nuclear con Irán que Trump ha cancelado impulsado por Netanyahu.

El último candidato demócrata en saltar a la palestra ha sido Joe Biden, el vicepresidente de Barack Obama, que automáticamente se ha convertido en el favorito de Israel. El católico Biden ya ha presumido de que uno de sus hijos está casado con una judía y de que una de sus hijas está casada con un judío. Esto suena a música celestial en Israel si se compara con lo que vienen diciendo los restantes candidatos demócratas.

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