El más conocido de los liberados, Rakad Salim, de 66 años, fue en su momento el representante del ex presidente iraquí Saddam Husein en los territorios ocupados y se encargaba de distribuir talones de 10.000 dólares entre las familias de los suicidas. Fue condenado a ocho años de prisión y hasta ayer había cumplido cinco años.

'Me siento como un hombre nuevo que puede disfrutar de su libertad, pero esta liberación no será suficiente mientras no se vacíen las cárceles israelíes', dijo Salim rodeado de familiares y simpatizantes que enarbolaban retratos de Saddam Husein.

El gobierno de Ehud Olmert aprobó la semana pasada la liberación de 87 prisioneros cuyas condenas eran superiores a un año pero al final no se llegó a ese número debido a que el presidente Shimon Peres no firmó a tiempo la excarcelación de los prisioneros que debían ir a la franja de Gaza, como era preceptivo, sin que se diera una explicación coherente al respecto.

El presidente sólo firmó la liberación de los prisioneros de Gaza a última hora de la tarde, informó la oficina del primer ministro, que añadió que este segundo grupo será conducido a Gaza a lo largo de hoy martes.

La inmensa mayoría de los 87 prisioneros pertenecen a Fatah, el partido del presidente Mahmud Abbas, pero también hay algunos de otras formaciones minoritarias, aunque ninguno de Hamas. Ese número representa una magra fracción de menos del uno por ciento respecto de los más de 11.000 palestinos que hay en Israel y que constituyen la población reclusa más elevada del mundo proporcionalmente.

Hamas aprovechó la ocasión para burlarse agriamente de Abbas. 'Felicitamos a los prisioneros pero creemos que se trata de una humillación para la dirección de Ramala que considera un gran logro ese humilde número', dijo Muhammad Muhdun, consejero del destituido primer ministro de Hamas Ismail Hanniya.