Los 35 migrantes que quedaban a bordo del barco humanitario Humanity 1, atracado en el puerto de Catania y rechazados en un primer momento por el Gobierno ultraderechista italiano, han desembarcado en el país durante la noche de este martes. 

La nave alemana, fletada por la organización SOS Humanity, era la única que quedaba vetada en el puerto siciliano por los nuevos "desembarques selectivos" ordenados por el Gobierno de extrema derecha de la recién nombrada primera ministra Giorgia Meloni y su socio Matteo Salvini.

"Nos sentimos aliviados por que todos los rescatados finalmente han obtenido un puerto seguro en el que desembarcar. Gracias a todos por la solidaridad que hemos recibido de todo el mundo en los últimos días", ha señalado el jefe de operaciones, Till Rummenhohl, en unas declaraciones recogidas por la agencia Efe.

En concreto, las 35 personas que quedaban a bordo del barco fueron rechazadas en un primer momento en virtud de un decreto de Salvini que permitía solo tocar tierra a los más vulnerables. Por ello, el vicepresidente y ministro de Infraestructuras ordenó que solo bajaran de las naves humanitarias los rescatados que, tras una evaluación médica, presentaran una situación de fragilidad, mientras que el resto debía quedarse en los barcos para ser devueltos a aguas internacionales.

Así, el desembarco se ha llevado a cabo en dos fases: pudieron descender en un primer momento 144 mujeres, niños y enfermos, mientras que el resto de personas, 35 hombres, se vieron obligados a quedarse en la nave. El capitán avisó de que desobedecería y no regresaría a aguas internacionales y los migrantes emprendieron una huelga de hambre mientras permanecían anclados en el muelle siciliano.

Se trata de una situación similar a la que vivió otra nave humanitaria en Catania, la Geo Barents de Médicos Sin Fronteras, que entró en el puerto con 572 migrantes rescatados hace dos semanas en el mar pero del que solo pudieron bajar 357 el domingo. Otros 215 quedaron en la embarcación pero, tras una nueva inspección médica debida a un brote de sarna y a ataques de pánico, anoche Italia autorizó el desembarco total.

El 'Ocean Viking' viaja a Córcega tras el rechazo italiano

Por el contrario, se impidió la autorización a entrar en el puerto a la nave noruega Ocean Viking, de la ONG francesa SOS Méditerranée, con 234 migrantes, entre los que hay 40 menores no acompañados. En la embarcación se vive una situación muy complicada tras casi 20 días de espera en el mar. Se encuentra actualmente en la costa occidental de Sicilia rumbo a oeste y "pronto" se dirigirá al norte, hacia Córcega, según indican a Efe fuentes de la ONG.

Esto se debe, explican, a que Córcega es "técnicamente el puerto cercano más seguro visto que Italia insiste en rechazar" cada petición de puerto enviada desde el barco, diecinueve esta noche. No obstante, aclaran desde el Ocean Viking, que el Gobierno de Francia aún no ha aceptado la solicitud ni le ha asignado puerto. 

La guerra de Meloni y Salvini contra los barcos de rescate

El Gobierno de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que lleva dos semanas en el cargo, está tomando medidas enérgicas contra las embarcaciones humanitarias, instándolas a llevar a las personas rescatadas a otros países. Roma dice que Italia no puede recibir en solitario a las personas las llegadas del norte de África.

El país ha visto un fuerte aumento de los desembarcos de migrantes este año, con casi 88.700 personas llegadas en lo que va de 2022, frente a las 56.500 del mismo periodo del año pasado. Alrededor del 15% fueron rescatados por embarcaciones humanitarias.