Este artículo se publicó hace 17 años.
Jacob Zuma es elegido líder del partido en el poder en Suráfrica
El ex vicepresidente fue absuelto en 2006 de la violación de una seropositiva
El Congreso Nacional Africano (CNA), partido en el poder en Suráfrica desde la caída del apartheid, eligió ayer a Jacob Zuma como su nuevo líder, en lugar del actual presidente del país, Thabo Mbeki.
La victoria del político populista en las primarias del partido significa que tiene todas las cartas en su mano para suceder a Mbeki como presidente surafricano tras las elecciones generales previstas en 2009.
Zuma se hizo con 2.329 del total de 3.834 votos emitidos por los delegados del congreso. Mbeki, que buscaba un tercer mandato como líder del CNA, logró 1.505. Hubo ocho votos nulos y una abstención.
Cuando se anunciaron los resultados, los delegados partidarios de Zuma lanzaron sus puños al aire en señal de victoria, se subieron a las sillas y gritaron de alegría. Mientras, el elegido sonreía. El derrotado Mbeki le dio un abrazo antes de abandonar la sala.
La lucha por la jefatura del CNA ha dividido profundamente al partido que gobierna en Suráfrica, prácticamente sin oposición, desde el fin del apartheid en 1994.
Zuma, respaldado por el Partido Comunista Surafricano y el Congreso Surafricano de Sindicatos -miembros de la alianza tripartita gubernamental- llegó a la Conferencia Nacional del CNA con una gran ventaja sobre Mbeki, a quien ya había derrotado en la votación preliminar regional.
Zuma, de etnia zulú, es adorado por las bases del CNA, a diferencia de un Mbeki percibido como intelectual y altanero, a quien se le reprocha que se ha movido demasiado despacio para ayudar a las masas pobres que componen la mayoría de la población surafricana.
Pero la incertidumbre sobre sus políticas, y el apoyo que tiene de los sectores más de izquierdas del país, incluidos los sindicatos, ha puesto nerviosos a los inversores.
Su imagen internacional se ha visto además muy perjudicada por los procesos judiciales en los que se ha visto envuelto.
Hace un año y medio, Zuma estaba sentado en el banquillo, acusado de violar a una activista contra el sida que era seropositiva, y hace dos años y medio ya se había escrito su necrológica política después de que fuera cesado como vicepresidente del país y se viera encausado en un caso de corrupción.
Su juicio por violación terminó en absolución, pero las declaraciones de Zuma durante el proceso, explicando que se había duchado inmediatamente después del encuentro sexual "para evitar el contagio" dieron la vuelta al mundo. Activistas y líderes consideraron bochornoso que un vicepresidente pudiera alardear de una idea falsa como es que se puede evitar el sida lavándose después de un encuentro sexual.
Aunque Zuma cuenta con tres doctorados, son honorarios, y nunca ha pisado un aula, siquiera de enseñanza primaria. Pero en el CNA llegó a ser jefe de inteligencia, y compartió con Nelson Mandela la cárcel de máxima seguridad de la Isla Robben, en la que pasó diez años de su vida.
El triunfo obtenido ayer por Zuma no le garantiza un camino fácil hacia la Presidencia, pues aun pende sobre él un posible segundo juicio por corrupción.
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