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Japón cede y libera al capitán del pesquero chino

Su detención ha llevado las relaciones entre ambos países al borde de la ruptura

ANDREA RODÉS

Tokio ha cedido finalmente a la presión de China y pondrá en libertad al capitán de un pesquero chino arrestado el 7 de septiembre cerca de las islas Diaoyu, en el Mar de China Oriental, cuya soberanía reclaman ambos países. La detención de este marinero ha sido el catalizador del despertar del sentimiento antijaponés latente en la sociedad china, como demuestra que un incidente aparentemente banal haya llevado las relaciones entre las dos mayores economías de Asia al borde de la ruptura.

'Hemos decidido que era inapropiado continuar con la investigación y mantener al sospechoso bajo custodia durante más tiempo, teniendo en cuenta el futuro de las relaciones entre Japón y China', comunicó ayer en una rueda de prensa un portavoz de la Fiscalía de Naha, en la isla japonesa de Okinawa. Pekín respondió a la noticia reiterando que la detención fue 'ilegal'.

La liberación del capitán tuvo lugar horas después de que Pekín anunciase la detención de cuatro japoneses acusados de entrar ilegalmente y filmar en una zona militar de la provincia china de Hebei. El arresto de los cuatro hombres, empleados de una empresa de construcción, provocó una nueva escalada de tensión.

La crisis entre Japón y China ha llegado esta semana incluso a Nueva York, donde se celebraba la Asamblea General de Naciones Unidas. Allí, el Gobierno de EEUU urgió a Japón y China a resolver rápidamente sus disputas, alegando que las buenas relaciones entre ambos son cruciales para la prosperidad y estabilidad en Asia.

Pero la anulación por parte de Pekín de un encuentro entre el primer ministro Wen Jiabao con su homólogo japonés en Nueva York dejó claro que China no iba a ceder. La disputa entre Pekín y Tokio centró también las entrevistas que el presidente estadounidense, Barack Obama, mantuvo por separado con los jefes de Gobierno de los dos países.

Durante las últimas tres semanas, China ha presionado a Japón para la liberación del marinero, suspendiendo los contactos de alto nivel con Tokio. Pekín ha cancelado reuniones empresariales, programas de estudiantes e incluso la gira musical de un grupo japonés.

El diario The New York Times denunció esta semana que las autoridades chinas han embargado la exportación a Japón de determinados metales, estratégicos para la industria electrónica y automovilística nipona, aunque no ha podido confirmarse oficialmente.

La liberación del marinero abre la puerta para encauzar la crisis, pero la desconfianza persiste. Y no sólo en el lado chino. Kongdan Oh, analista del Instituto Brookings, en Washington, explicó a Público que 'la falta de transparencia de China a la hora de comunicar su presupuesto de Defensa e intenciones militares es la fuente de una gran inquietud para Japón.'

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