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Aliyá Los judíos franceses dejan de migrar a Israel 

Tras los atentados yihadistas en Francia en 2015, Netanyahu les animó a viajar a su país, donde serían "recibidos con los brazos abiertos y aceptado de corazón. Pero no se ha producido de lejos el éxodo esperado

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en una imagen de archivo (Ronen Zvulun / AP)


EUGENIO GARCÍA GASCÓN

Los datos oficiales facilitados por las autoridades israelíes indican que en los últimos años no se ha materializado una gran inmigración de judíos franceses, al menos no en la medida que esperaba el primer ministro Benjamín Netanyahu cuando habló en la Gran Sinagoga de París el 11 de enero de 2015.

"Tenéis derecho a vivir en un país libre, el único estado judío, el estado de Israel. Tenéis derecho a estar orgullosos en las murallas de Sión, nuestra eterna capital Jerusalén. Cualquier judío que desee emigrar a Israel será bienvenido con los brazos abiertos y aceptado de corazón", dijo en su discurso de la Gran Sinagoga.

Solo una semana antes, el 7 de enero de 2015, un tiroteo en la redacción parisina de la revista satírica Charlie Hebdo dejó 12 muertos. Al día siguiente un yihadista mató a una policía francesa, y al día siguiente cuatro judíos murieron en el asalto yihadista contra un supermercado judío de París.

A algunos les parecía que se acercaban tiempos todavía peores para las comunidades judías de Francia y de Europa. Sin embargo, hoy el distrito 17 de París vive una vibrante vida judía. De hecho, muchos judíos de la periferia de París, para evitar el contacto con sus vecinos en las barriadas de mayoría musulmana, se han mudado a distritos centrales de la capital.

En el distrito 17 hay numerosas tiendas y restaurantes kosher, es decir que siguen las normas de alimentación descritas en el Antiguo Testamento, y hay una quincena de sinagogas, muchas más que hace dos décadas, lo que señala que el acercamiento a la religión no es algo exclusivo de los judíos de Israel.

Los datos que se manejan en la sede de la Agencia Judía no se corresponden con las expectativas que brindaron los atentados yihadistas de hace unos años en Francia y en el resto de Europa y Estados Unidos. En concreto, la inmigración de judíos franceses ha caído significativamente en los últimos años, según los datos oficiales.

El ministerio de Absorción de inmigrantes judíos previó que tras los atentados de 2015, al menos 10.000 judíos franceses emigrarían a Israel ese mismo año, pero a la postre fue una previsión demasiado optimista. Mientras que en 2014 hicieron aliya (emigración a Israel) 6.547 judíos franceses, en 2015, el peor año terrorista, solo hicieron aliya 6.628, es decir una cantidad prácticamente idéntica a la de 2014.

Al año siguiente, en 2016, la aliya cayó con fuerza y solo 4.239 judíos franceses emigraron a Israel, mientras que en 2017 tan solo lo hicieron 3.157, menos de la mitad que en 2015. Los datos que barajan para este año la Agencia Judía y el ministerio de Absorción son todavía menores que los del año pasado.

En cambio, en Israel circulan rumores en el sentido de que numerosos jóvenes están emigrando a Europa y a Estados Unidos, a Nueva York, Berlín, Londres y París especialmente. Son rumores insistentes que las autoridades ignoran puesto que no los contabilizan como emigrantes. En cualquier caso, los datos oficiales del ministerio de Absorción revelan que el número de judíos que hacen aliyá es superior al de los que se marchan fuera.

"Nuevo antisemitismo"

Francia tiene una larga historia de comportamiento antisemita, particularmente en la década de los treinta y durante la Segunda Guerra Mundial. No obstante, los judíos franceses hablan de lo que califican como “nuevo antisemitismo”, que vinculan a la minoría musulmana de Francia, donde viven unos cinco millones de musulmanes y casi medio millón de judíos.

Un dato a tener en cuenta es que los brotes de antisemitismo suelen coincidir con un deterioro de la situación en Oriente Próximo. Cuando el número de muertos palestinos crece, también suelen crecer los incidentes contra los judíos en Francia y en Europa en general. Los judíos de Israel y de la diáspora suelen ignorar deliberadamente esa relación, que es muy clara.

Una joven judía de París se lamentaba recientemente de que a veces en la calle hay musulmanes que escupen al suelo cuando ven la estrella de David que lleva al cuello. Irónicamente, esta situación se da con mucha frecuencia en Jerusalén pero a la inversa. A los frailes franciscanos les escupen con frecuencia los judíos religiosos y ya ni siquiera lo denuncian puesto que las autoridades israelíes no adoptan ninguna medida para combatir el fenómeno.

Joel Samoun, un francés de la ciudad de Troyes, enfermero y padre de cuatro hijos, consideró seriamente emigrar a Israel tras escuchar el discurso de Netanyahu en la Gran Sinagoga de París. Incluso comenzó a realizar gestiones para desplazarse al estado judío, pero las dificultades que debía afrontar para hallar un empleo en Israel lo echaron para atrás y ahora cree que “tal vez” hará aliya cuando se jubile.

Muchos jóvenes judíos franceses que figuran en las estadísticas como emigrados a Israel, en realidad solo han pasado unos meses en el estado judío. Hicieron aliya formalmente pero tras uno o dos años decidieron volver a Francia porque no se aclimataban o simplemente porque no pudieron hallar un empleo con la misma facilidad que en Francia

Otros jóvenes franceses que han intentado hacer aliyá han dicho que no han podido superar algunos de los obstáculos que tenían delante, como la lengua o la mentalidad. Además, algunos se han quejado de que quienes no se enrolaron en el ejército tienen más dificultad para hallar un empleo, o simplemente de que el estado de bienestar que impera en Francia no puede compararse con el de Israel.

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