La Justicia francesa absuelve a Air France y Airbus del accidente del vuelo Río-París de 2009 en el que murieron 228 personas
Los familiares de las víctimas critican la sentencia y la falta de implicación de la Fiscalía francesa en el caso.
El Tribunal de París absolvió este lunes a Air France y Airbus por el siniestro del vuelo entre Río de Janeiro y París de 2009. Murieron 228 personas tras precipitarse el avión en el océano Atlántico en lo que es el peor accidente aéreo de la historia de Francia y uno de los más fatales de los últimos 20 años.
El juez enumeró varios actos de negligencia por parte de ambas compañías, pero afirmó que "no llegaban a la certeza necesaria para establecer una responsabilidad firme" por el siniestro. La absolución penal ha decepcionado a los allegados y familiares de las víctimas y han criticado la falta de implicación de la Fiscalía en el caso.
La instrucción se ha prolongado durante 13 años. Ambas compañías acabaron en el banquillo acusadas de homicidio involuntario. Después de tres meses de juicio, que se celebró del 10 de octubre al 8 de diciembre, la Fiscalía se había alineado en su alegato con el grueso de las tesis de las dos multinacionales al considerar que era "imposible de demostrar" la culpabilidad del accidente.
La presidenta del Tribunal, Sylvie Daunis, sostuvo la absolución al señalar, en la lectura de la sentencia, que "no hubo un nexo seguro de causalidad entre las imprudencias/negligencias y el accidente". El constructor aeronáutico Airbus y la aerolínea Air France se arriesgaban a pagar una multa de 225.000 euros cada una y a soportar un alto coste de imagen y reputación, teniendo en cuenta que las dos son referencias de su sector y cotizadas en bolsa.
La clave del juicio fue saber si el accidente se debió a una falta de preparación de los pilotos, atribuible a Air France; a un fallo del dispositivo de medición de la velocidad, que sería responsabilidad de Airbus; o si, como se barajó durante la instrucción, todo se debió a una impericia de los pilotos, fallecidos en el siniestro.
Precisamente el medidor de velocidad del avión, que se estropeó al quedar congelado en medio de una tormenta en el Atlántico, ha sido una de las claves del proceso. Con este dispositivo obstruido, los pilotos perdieron la orientación hasta precipitarse en el agua. El comandante del vuelo, el más experimentado de la tripulación, estaba durmiendo cuando ocurrió el siniestro.
Airbus se había defendido del mal funcionamiento de su dispositivo alegando que el modelo de medidor Pitot, de la compañía francesa Thales, que utilizaba el avión siniestrado, estaba en fase de sustitución por los Goodrich, de fabricación estadounidense.
Las 228 personas, 216 pasajeros y 12 tripulantes, que iban a bordo murieron después de que el avión fuera sacudido por una tormenta y cayera al océano Atlántico en las primeras horas del 1 de junio de 2009. A bordo del A330 registrado como F-GZCP viajaban personas de 33 nacionalidades, incluidas 72 francesas y 58 brasileñas. Se necesitaron dos años para recuperar los cuerpos y las cajas negras de la cabina, ubicados a una profundidad de unos 4.000 metros.
Aunque el veredicto del Tribunal de París sí que reconoce la responsabilidad civil, que será examinada en septiembre y podrá abrir vías a nuevas indemnizaciones, las familias de las víctimas y sus abogados han criticado la sentencia: "Los poderosos se hacen valer de la impunidad, pasan los siglos y nada cambia", ha lamentado en una declaración escrita Daniele Lamy, la presidenta de la asociación Ayuda y Solidaridad AF447, quien perdió en el accidente a su hijo de 37 años.
"Esta decisión impide el luto", ha sentenciado, por su parte, uno de los letrados de la acusación particular, David Koubbi, en declaraciones al canal BFMTV. Para este abogado, la mayor decepción ha sido la postura de la Fiscalía francesa, que, al final del proceso a finales de 2022, excluyó pedir la culpabilidad de las dos compañías. "Hay que hacerse la siguiente pregunta: ¿quién está detrás del capital de esas dos empresas? El Estado francés. Este asunto no se ha tratado de la manera que se suele hacer, el Ministerio Público ha de ser el abogado de los franceses, no de Airbus y Air France", ha enfatizado Koubbi.
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