Este artículo se publicó hace 17 años.
Líbano agota el plazo para elegir a su presidente
El riesgo de una nueva guerra civil en Líbano no hace sino acrecentarse a medida que se acerca el final del mandato del actual presidente, Emile Lahud, sin que la mayoría y la oposición prosiria del Parlamento se pongan de acuerdo sob
El Parlamento libanés pospuso ayer la votación para elegir al nuevo presidente del país del 12 al 21 de noviembre. El objetivo de esta prórroga es "dar más tiempo a los diferentes grupos políticos para que lleguen a un acuerdo", según un comunicado del presidente del Parlamento Nabih Berri.
Ésta es la tercera vez que se aplaza la elección del sucesor de Emile Lahoud, cuyo mandato expira el 23 de noviembre, con lo que se agota el plazo y no será posible posponer una cuarta vez la votación .
Compromiso necesario
Lo que está en juego no es la mera posibilidad de dejar vacante la jefatura del Estado, sino también el riesgo de cerrar la puerta a un compromiso entre la mayoría y la oposición.
Este acuerdo podría ser el inicio de la solución para la peor crisis politica que ha vivido el país desde el final de la guerra en 1990.
Si al expirar el mandato de Lahoud, Líbano sigue sin presidente, la crisis podría dar paso a una nueva guerra civil, máxime cuando tanto las milicias prosirias de Hizbolá como las que apoyan a sus adversarios se están rearmando.
El papel que deben representar Siria y Occidente en la política libanesa está en el trasfondo del profundo desacuerdo entre la coalición 14 de Marzo, mayoritaria en el Parlamento y encabezada por el primer ministro Fuad Siniora, y la oposición formada por partidos prosirios de amplia mayoría chií, incluido el propio Hizbolá, con 14 diputados.
Los primeros, prooccidentales, exigen que se elija al presidente por mayoría simple para asegurarse la elección de un candidato ajeno a la tradicional influencia de Siria en la política libanesa. De lograrse este objetivo, el nuevo presidente sería el primero en la historia del país en ser elegido sin contar con el respaldo de Damasco.
Por su parte, la oposición reclama que se respete el mecanismo de sancionar al jefe del Estado con los votos de dos tercios del Parlamento, lo que le daría derecho a vetar un candidato opuesto a sus tesis.
Si la mayoría antisiria impone la elección de un candidato sin contar con el quorum de la oposicion, los partidos chiíes, sobre todo Hizbolá- organización de la que se dice en Líbano que es un Estado dentro del Estado- podrían romper la baraja, lo que conlleva un serio riesgo de un nuevo enfrentamiento armado.
El nuevo presidente debe ser además un cristiano, lo que reduce los posibles candidatos de consenso.
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