Los presidentes del Congreso, el Poder Ejecutivo y el Tribunal Supremo han firmado este lunes una nota conjunta donde piden que "se tomen medidas institucionales, en los términos de las leyes brasileñas" respecto del asalto bolsonarista a los edificios de los tres poderes del Estado en Brasilia.

Se trata de una suerte de manifiesto que viene rubricado por Lula da Silva, como presidente de la República; Arthur Lira (presidente de la Cámara de los Diputados); Veneziano Vita Rêgo (presidente en ejercicio del Senado) y Rosa Weber (presidenta del Tribunal Supremo). 

La nota, que ha sido consensuada tras una reunión en el Palacio de Planalto, rechaza de plano los actos "terroristas, vandálicos, criminales y golpistas" que se han registrado este domingo en Brasilia. 

Apenas nueve días después de asumir su mandato, Lula se enfrenta al desafío más grave que ha experimentado la democracia brasileña desde 1985, año en el que se puso fin al régimen militar.

Lo vivido este domingo en Brasil refleja la enorme polarización en la que vive inmerso el país y que Lula deberá ser capaz de cauterizar. Miles de simpatizantes radicales de Bolsonaro, que no reconocen la victoria de Lula en las elecciones de octubre, entraron de forma violenta y causaron cuantiosos daños no solo en el Palacio de Planalto, sino también en el Congreso y en la Corte Suprema.

Las sedes de los tres poderes del país se encuentran en una plaza y fueron ocupadas durante cuatro horas y media por esos grupos de extrema de derecha que exigen, desde la celebración de los comicios, una "intervención" militar que devuelva al poder a Bolsonaro.