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Manu Pineda: "El régimen israelí lleva a cabo actos ilegales cada día"

Elegido como presidente de la delegación del Parlamento Europeo para Palestina el pasado jueves, el eurodiputado de Izquierda Unida pide a la Unión Europea que suspenda su acuerdo de asociación con Israel. “Está fuera de cuestión que Israel no cumple los derechos humanos”.

El eurodiputado de Izquierda Unida Manu Pineda.- YOUTUBE

La única decoración que Manu Pineda (Almería, 1965) ha tenido tiempo de colocar en su despacho en los tres meses –verano mediante– que lleva como diputado del Parlamento Europeo es un retrato de la Pasionaria –histórica líder de la lucha por los derechos de las mujeres del Partido Comunista–. El retrato, que preside la habitación desde el lugar que normalmente ocuparía el retrato de un jefe de Estado, es una seña de identidad: Pineda es miembro del PCE desde 1981 y eurodiputado por Izquierda Unida para los próximos cinco años.

Desde esta semana, Pineda –conocido activista pro-palestino– es también el presidente de la delegación del Parlamento Europeo para las relaciones con Palestina: un grupo compuesto por 17 parlamentarios procedentes de puntos de todo el espectro de la cámara, cuya principal actividad consiste en organizar acciones –como conferencias y declaraciones– para presionar a Israel y la opinión internacional por una solución de dos estados que ponga fin al conflicto que lleva abierto décadas en Oriente Próximo.

Pineda ha sido activista por la causa palestina desde 2010, cuando la noticia de los nueve muertos en el ataque de Israel contra una flotilla de seis barcos que trataba de llevar ayuda humanitaria a Gaza –rompiendo el bloqueo del Gobierno de Jerusalén–, cambió su vida. Al año siguiente, participó en la organización de una segunda “Flotilla de la Libertad”, que no consiguió llegar a territorio palestino por el bloqueo de las autoridades griegas, que interceptaron los 14 barcos que se dirigían a Gaza.

Pineda vivió de manera semi-permanente en Gaza durante tres años hasta que en 2014 el Gobierno egipcio cerró su frontera con Palestina. De hecho, cuenta que aún tiene ropa y libros en su casa de Gaza. Al volver a España, comenzó a coordinar la política del PCE para Oriente Medio; en 2018, fue nombrado secretario de Relaciones Internacionales del partido.

Palestina sigue estando en el punto de mira del trabajo de Manu Pineda. De hecho, invitar al escritor y activista palestino, Khaled Barakat, fue una de sus primeras acciones al llegar a la Eurocámara, a principios de julio, para protestar contra las autoridades alemanas. Barakat denuncia que le habían prohibido dar conferencias y participar en actos públicos para más de nueve personas en el país germano porque “su activismo político podía generar tensiones entre las comunidades judía, palestina y árabe de Berlín”.

Pineda cuenta que el escaño del Europarlamento es el único puesto público que alguna vez se había planteado aceptar. Esto, a pesar de que antes le habían ofrecido ser candidato al Congreso, al Senado y concejal del Ayuntamiento de Málaga. “Aquí podemos influir”.

Él será el único miembro de la Izquierda Unitaria –grupo europeo con 41 eurodiputados, incluidos los 6 de Unidas Podemos, Izquierda Unida y EH Bildu– en presidir alguna de las 44 delegaciones de la Eurocámara, que desarrollan las relaciones internacionales del Parlamento Europeo con diferentes países y zonas del mundo.

No centrará su trabajo solo en Palestina; también es miembro de la comisión parlamentaria de Asuntos Exteriores. En sus primeros tres meses en el Parlamento de Bruselas y Estrasburgo –ahí es donde se celebran las sesiones plenarias, aproximadamente una vez al mes–, Pineda ha tratado de impedir una resolución a favor de sanciones contra Venezuela, invitó a la expresidenta de Brasil, Dilma Roussef, para protestar contra el encarcelamiento de Lula da Silva –en prisión desde 2018 por el caso Lava Jato– y a un diputado y una senadora del partido de las FARC, legalizado en Colombia después de la firma del Acuerdo de Paz en 2016, que denuncian que el presidente Iván Duque no está cumpliendo sus compromisos.

¿Qué le llevó a aceptar el cargo de eurodiputado?

El Parlamento Europeo tiene unas competencias muy muy limitadas pero algo podemos influir y, sobre todo, tenemos visibilidad. Yo aquí estoy haciendo y defendiendo prácticamente lo mismo que hacía antes de estar aquí, pero aquí lo que hacemos tiene más peso y puede tener más efecto. No en el ámbito legislativo, que ahí competencias legislativas ni las hay ni se las espera, pero sí al menos en que tenga más efecto político, que sirva para sensibilizar en aquello que yo me he planteado como objetivo aquí: la lucha por la paz, por los derechos humanos, por la soberanía de los pueblos y por la democracia.

¿Qué pretende trayendo a personalidades políticas como Dilma Roussef al Parlamento Europeo?

Pretendo que la agenda no nos la marquen otros. Los grandes medios, los que tienen grandes propietarios multinacionales, van de independientes pero realmente no lo son. Están al servicio de los intereses de sus propietarios, nos marcan la agenda. Y ahora nos marcan que hay en Venezuela hay un dictador sanguinario que prácticamente se come a los niños crudos. Se lo digo yo, que he estado en Venezuela varias veces, que he sido observador internacional. En Venezuela hay un proceso detrás altamente limpio y el Gobierno tiene el apoyo popular.

"Queremos sensibilizar y que el trabajo que hagamos sirva para darle voz a aquellos a los que quieren callar"

Ahora nos marcan que en Hong Kong hay una revolución de colores y que el pueblo en masa sale como un pueblo pacífico. Que sale y que están siendo totalmente reprimidos por la autoridad vecina. Y en el mismo vídeo que explican eso se está viendo cómo la policía está simplemente resistiendo y esos pacíficos manifestantes están tirándoles cócteles molotov, y están golpeando a otros civiles que no los apoyan.

Lo que queremos es tratar de marcar agenda nosotros, tratar de someter a debate que la gente conozca qué es lo que está pasando según nuestro punto de vista. Nosotros tampoco somos neutrales, tratamos de ser objetivos, pero neutrales no somos.

Queremos sensibilizar y que el trabajo que hagamos sirva para darle voz a aquellos a los que quieren callar. Y por otro lado, que sirva también de ‘lobby’ o de presión interna a las instituciones europeas para que tomen partido por la defensa de los derechos humanos, de la soberanía de la paz, de la democracia y cosa tan básicas como estas.

No estamos pidiendo una revolución bolchevique. No aspiramos a eso aquí. Lo que esperamos es por lo menos que se respete el Derecho internacional, el derecho internacional humanitario y las resoluciones de la ONU y cosas tan básicas como los derechos humanos y la soberanía de los pueblos.

¿Y qué poder de influencia cree que tiene aquí en el Parlamento?

Eso es bastante subjetivo. Nosotros tenemos un grupo parlamentario de 41 miembros de 751. Una capacidad de influencia bastante limitadita, ¿no? Lo que sí digo es que la capacidad que tengamos, la utilizamos en un 120 por ciento de sus posibilidades, que no se nos va a quedar ningún cartucho sin utilizar. Vamos a trabajar de forma incansable por cubrir el máximo de nuestros objetivos.

"No estamos pidiendo una revolución bolchevique, sino que se respete el Derecho internacional"

El Parlamento Europeo nos da una capacidad de alcance, de repercusión mayor. Yo, haciendo aquí lo mismo que hacia fuera, tengo mucha más repercusión.

En el mes de noviembre, todavía no tiene fecha fija, organizaremos una conferencia sobre la guerra sucia en Latinoamérica en la que esperamos atraer, entre otros, a algunos expresidentes de América.

En el evento queremos traer a distintos presidentes: al [ex] presidente Fernando Lugo de Paraguay, al [ex] presidente Manuel Zelaya de Honduras… Nos estamos planteando cosas así en el que denunciemos la guerra jurídica como un instrumento golpista en esta nueva versión de la Doctrina Monroe.

Hace unas semanas, Israel declaró que anexaría una nueva zona del río Jordán. ¿Luchar contra ese tipo de actos es uno de los objetivos que busca como presidente de la delegación para Palestina?

Esos son actos absolutamente ilegales. Yo soy activista pro palestino. Presido todavía una asociación de solidaridad con Palestina y tengo una visión de solidaridad con Palestina en la que no soy nada neutral. Pero esto no es una cuestión de neutralidad. Estos son actos ilegales que lleva a cabo el régimen israelí cada día. Ahora mismo estamos hablando del valle del Jordán. Pero es que ya recientemente, con el aval de Estados Unidos, Israel anexionó los altos del Golán, que es territorio ocupado sirio. Ni siquiera palestino sino sirio, ocupado desde el 67 de forma ilegal con resoluciones de la ONU. La Unión Europea reconoce lo ilegal de esa desocupación.

"Lo que sufre Gaza está provocando muertes principalmente de niños cada día"

Pues lejos de devolvérselo a Siria lo que hacen es darlo ya como territorio israelí. Para ellos ya no es ni siquiera territorio ocupado, es territorio israelí. Pero es que Gaza sufre un bloqueo ilegal y criminal que está provocando muertes cada día porque de Gaza sólo se habla de los muertos cuando caen las bombas. Lo que sufre Gaza está provocando muertes principalmente de niños cada día. Niños que sufren enfermedades que no pueden ser tratadas porque no se les permite que entren los medicamentos que necesitan y además no se les permite salir a recibir tratamiento fuera. Es más, al no dejarles introducir combustible que permitiera funcionar los generadores, los quirófanos están funcionando solo seis horas al día. Las incubadoras, las máquinas de diálisis… Nada de eso puede funcionar. Todo eso por el bloqueo.

A pesar de todo esto y que la Unión Europea lo sabe y lo reconoce, mantiene relaciones de privilegio con Israel. Nosotros queremos que se aplique la ley: el título segundo del acuerdo de Asociación UE-Israel en el que se le reconoce como socio preferente exige que las partes respeten los derechos humanos, e Israel no los está respetando.

Que se aplique eso. Si no se respetan los derechos humanos ni la legalidad internacional, hay que romper ese acuerdo de Asociación.

Supongo que en la delegación de las relaciones con Palestina habrá visiones muy diferentes. ¿Cómo piensa conseguir posiciones comunes con el resto de miembros? ¿Considera que tienen una visión similar a la suya o están de acuerdo con lo que usted propone?

Estoy seguro que tendremos visiones diferentes y tendremos que tratar de llegar a síntesis. Yo soy el presidente pero no voy a defender mis posiciones personales sino que lo que hago es representar al Parlamento Europeo. No puedo sacar cuál es mi posición personal ante determinados elementos, sino que tengo que tratar de buscar una posición de síntesis entre las distintos posiciones, que doy por hecho que son muy distintas.

No lo sé porque nos acabamos de constituir y todavía no he tenido oportunidad de verme con los otros delegados pero no tengo ninguna duda de que tenemos visiones bastante distintas y tendremos que buscar otros acuerdos.

¿Cómo cree que es posible colaborar dentro de unas visiones tan diferentes y llegar a resoluciones que puedan ser favorables a su punto de vista sobre la situación de Palestina?

Tienes que llegar a acuerdos con la gente que piense distinto de ti. Yo soy sindicalista [en CCOO] y yo negociaba con la patronal con los que tenía ciertas diferencias, que defendíamos lo blanco y lo o negro y teníamos posiciones totalmente opuestas. La política se trata de llegar a acuerdos. Tú puedes llegar a acuerdos haciendo concesiones, y que el otro también las haga, si no es imposible.

Nosotros tendremos que trabajar mucho. El llegar a acuerdos entre posiciones distintas no se hace sólo. Hay que trabajarlo con generosidad y con inteligencia.

Y siendo que también hay una delegación para las relaciones con Israel, ¿cómo pretende coordinarse con ella? ¿Puede el Parlamento Europeo presentar una posición sobre las relaciones con Palestina y a la vez tener otra delegación para las relaciones con Israel diciendo algo diferente? No sé si ya se ha valorado esto.

No creo que sea necesario pero sí creo que sería recomendable. De hecho, ya he planteado que me gustaría tener una bilateral con el presidente de la delegación con Israel que además es un hombre del PP, Antonio López-Istúriz. Confío en que sea posible encontrar puntos de intersección. Luego lo mismo tenemos una intersección pequeña o grande pero en aquello en lo que pudiéramos trabajar de forma conjunta... Yo creo y confío en que si este es un hombre de paz, que defienda la democracia y los derechos humanos, habrá muchas cosas de las que hace Israel que no las comparta.

¿Y cree que hay perspectivas de que se llegue a un acuerdo o un entendimiento con el Gobierno de Israel para encontrar una solución en los próximos años al conflicto que lleva abierto tanto tiempo?

Si soy sincero, no. Yo creo que el Gobierno de Israel, por lo menos desde hace muchísimos años, diría que desde el 48, pero tampoco quiero ser taxativo, tiene un proyecto sionista, que tiene como objetivo las reivindicaciones del movimiento sionista mundial del siglo XIX. Ellos aspiran a quedarse con la totalidad de Palestina, que consideran la tierra prometida al pueblo judío y que ellos son el pueblo elegido y que tienen derecho a esa tierra porque lo dicen sus sagradas escrituras.

"Israel sólo podría hacer concesiones a la paz si la comunidad internacional presiona"

Con esa ideología es muy difícil poder acordar nada. Yo creo que Israel sólo podría hacer concesiones a la paz si la comunidad internacional presiona. En vez de estar condenándolo de boquilla, con declaraciones grandilocuentes, pero sin ningún efecto práctico. Si en vez de hacer eso impusiera sanciones como se hizo con el régimen sudafricano por ejemplo. El régimen sudafricano no cayó [en 1991] porque los que gobernaban entonces vieron la luz y decidieron que pobrecito el pueblo de los negros. No, no. Fue fruto de una serie de presiones internacionales que lo hicieron cambiar. Lo que pasa es que respecto a Israel no se está haciendo esto ni mucho menos. Sobre todas la declaración de Mogherini, dices "chapó", en la práctica, ¿qué estamos haciendo?

Entonces para usted una solución sería precisamente que la Unión Europea impusiera sanciones a Israel o que presionara de una manera más decidida precisamente a supongo la solución de los dos estados. ¿Ese sería más el objetivo?

No aspiro ahora mismo a grandes cosas. Yo ya me conformaría con que se respetaran los acuerdos firmados por la Unión Europea que exigen que los socios con lo que llegue a estos acuerdo respeten los derechos humanos y el derecho internacional.

¿Israel no los respeta?

Eso está absolutamente fuera de cuestión. Cuando van anexionando terrenos de Cisjordania, en contra de lo acordado en los Acuerdos de Oslo del 93, cuando cada dos años y medio o tres años hay una operación sobre Gaza en la que mandan matar a una cantidad tremenda de civiles, cuando no cumplen 65 resoluciones de la ONU respecto a esto, la más grave de ellas en el año 48… La Resolución 194/48 , que exige el retorno de todos los refugiados, que son ya más de 5.400.000 los censados en la UNRWA [Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo].

"Está fuera de cuestión que Israel no cumple los derechos humanos"

Una resolución además que firmó Israel porque si no no se le permitirá entrar en la Sociedad de Naciones [antecesora de la ONU]. Cuando los palestinos ponen en marcha en marzo del año pasado la Gran Marcha del Retorno, exigiendo algo tan sencillo como que se respete el Derecho internacional y que se aplique esta resolución e Israel, este responde a tiros con francotiradores contra estos manifestantes, que son pacíficos y lo único que están pidiendo es que se aplique la legalidad. Me parece que está fuera de cuestión que Israel no cumple los derechos humanos.

¿La Unión Europea debería suspender su acuerdo de asociación con Israel a no ser que Israel se comprometiera a cumplir a respetar los derechos humanos?

No es que lo diga, es que lo dice ese acuerdo. Lo que quiero es que se aplique ese acuerdo.

Si me pongo en la piel de un lector en España cuando lea esta entrevista y se diga, "a mí esto, ¿qué me importa?" Usted, ¿qué cree? ¿En qué le afecta y por qué le deberían importar a una persona en España los problemas de Palestina?

Yo no estoy aquí solo para hablar del tema de Palestina. Si hay un conflicto en Asturias o en una empresa que va a cerrar también estoy aquí para defender los intereses de los trabajadores de esa empresa. No estoy solamente para esos asuntos.

Siria, antes de 2011, era un país con unos estándares de vida similares a los de la Unión Europea y no me refiero solamente de calidad de vida sino de integración de la mujer, de falta de lucha sectaria... Los sirios nunca nunca jamás hubieran pensado que poco después se iban a ver también en esas también. Un país destrozado, 11 millones de desplazados, 5 millones de refugiados externos. Los sirios, muriendo en el Mediterráneo intentando alcanzar nuestras costas.

"Cuando un pueblo está en guerra, eso significa olor a muerte, significa niños destrozados, escombros, humo"

Yo estaba en Lesbos, en Grecia, en la isla donde llegaban los refugiados. Son gente que habla en varios idiomas, que son licenciados, son ingenieros... Gente con un alto nivel cultural y profesional. Ellos nunca lo habrían pensado, y nosotros tampoco podemos pensar que esas cosas no nos van a pasar a nosotros.

Tenemos ahora mismo al frente de la Administración norteamericana, que no es cualquiera, sin despreciar ninguna, a un tipo que es un peligro para la humanidad, que está generando tensiones y poniendo el mundo en peligro en muchos frentes.

A Latinoamérica la tiene destrozada y la está destrozando cada vez más. Con Irán, no me canso de explicar la situación que hay, las tensiones con China... Está rompiendo o dando por finalizado los acuerdos de desarme firmados entre Estados Unidos y la Unión Soviética allá por el año 87. Está en peligro todo.

Nosotros tenemos que preocuparnos por qué le pasa a esos pueblos, ya que no podemos descartar que eso mismo nos pase mañana a nosotros y tenemos que luchar cada día de nuestra vida por la paz. Eso puede parecer un poco naif pero le puedo garantizar que en la guerra no hay nada bonito. 

Cuando un pueblo está en guerra, eso significa olor a muerte, significa niños destrozados, escombros, humo. Yo he vivido dos guerras muy en primera línea y lo conozco en profundidad, dedicaré cada oportunidad que tenga a luchar por la paz. E intentaré que los españoles entiendan que luchando por la paz en otros pueblos y estoy también luchando por ellos.

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