"La Secretaría de la Defensa de México alertó a los Estados Unidos sobre armas que están entrando a México que son de uso exclusivo del Ejército estadounidense. Y es muy urgente que se haga una investigación al respecto", con esta contundencia se pronunciaba este lunes la secretaría de Relaciones Exteriores de México, Alicia Bárcena, que anunció una petición oficial a EEUU para esclarecer las causas por las que los narcos consiguen armamento militar norteamericano.

El inventario de armas requisadas a los principales cárteles de droga preocupa al Gobierno azteca. Desde 2018 se requisaron 221 ametralladoras automáticas, 56 lanzagranadas y una docena de lanzacohetes, según los datos oficiales del Ejecutivo. 

El 70% de las armas ilegales que se incautaron a los cárteles proceden de EEUU

La información portada por Bárcena detalla que el 70% de las armas ilegales que se incautaron a los cárteles proceden de EEUU, siendo la mayoría de ellas de grado militar. Incluso se han llegado a incautar vehículos blindados y drones que lanzan bombas, según informa Clarín.

El Gobierno mexicano cree que hay varias explicaciones posibles y no cierra la puerta al tráfico ilegal de armas con empresas estadounidenses involucradas. De hecho, las declaraciones de la secretaría de Relaciones Exteriores se producen después de que la Corte de Apelaciones de EEUU dictara este lunes una sentencia pionera a favor del Gobierno mexicano, tras una demanda contra las principales empresas armamentísticas estadounidenses por su implicación en el contrabando de rifles semiautomáticos.

México, no en vano, también pone el foco en otras posibles explicaciones. El contexto histórico de los años 90 y 2000 en Centroamérica, con la presencia de grupos paramilitares apoyados por EEUU, podría haber facilitado también la llegada de armamento hasta México. 

Aunque el mercado negro con empresas norteamericanas se investiga, las autoridades mexicanas también recuerdan que en los últimos años varias investigaciones periodísticas han denunciado que el Gobierno de EEUU ha ocultado a la opinión pública la pérdida de arsenales militares.