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Minsk replica con boicot a las presiones de la UE

Los 27 exigen a Lukashenko la liberación inmediata de los presos políticos

PIOTR KOWALSKI

Bielorrusia no se lo pensó dos veces y decidió boicotear la cumbre del Partenariado Oriental que la Unión Europea (UE) organizó en Varsovia durante dos días con seis estados pos-soviéticos. Esta fue la respuesta de Bielorrusia, un país de la antigua URSS dirigido de forma autoritaria por Aleksander Lukashenko, a las presiones ejercidas por los dirigentes europeos contra Minsk en señal de protesta por las reiteradas violaciones de las libertades y los derechos humanos.

El régimen decidió boicotear la cita varsoviana porque, según hizo saber en un comunicado, 'la víspera de la cumbre del Partenariado Oriental sus organizadores adoptaron medidas discriminatorias contra Bielorrusia, al negarse a invitar al presidente'. Por tal motivo, 'Bielorrusia, que participó activamente en la preparación de la cumbre, consideró que en esas condiciones era imposible su presencia' en Varsovia.

Lukashenko no fue invitado porque la UE le impuso una prohibición de visado en su territorio por la violación de los derechos humanos en su país. La decisión bielorrusa desató las críticas de Bruselas. 'No podemos reiniciar el proceso de acercamiento [con Minsk] si no se llevan a cabo progresos manifiestos hacia la democratización y el respeto de los derechos humanos', dijo el presidente del Consejo Europeo de la UE, Herman van Rompuy.

Lukashenko no fue invitado porque la UE le impuso una prohibición de visado

El viceprimer ministro británico, Nick Clegg, manifestó que 'el régimen de Aleksander Lukashenko es culpable de graves violaciones de los derechos humanos. Ha destruido a la oposición y hace todo lo posible para mantenerse en el poder'.

La Unión Europea adoptó una declaración donde pide al régimen de Lukashenko la 'liberación inmediata y rehabilitación de todos los presos políticos' y le insta a 'poner fin a la represión de la sociedad civil y de los medios y a la apertura de un diálogo con la oposición política'.

La cumbre del Partenariado Oriental también estuvo marcada por las tensiones con Ucrania y su presidente, Viktor Yanukovich, debido a la controversia suscitada por el juicio por abuso de poder contra su principal rival política, Yulia Timoshenko, ex primera ministra y líder de la Revolución Naranja de 2004. La UE puso en guardia a Kiev por el juicio contra Timo-shenko, porque considera que es un proceso con connotaciones políticas que podría condicionar la negociación de un acuerdo de asociación entre la Europa comunitaria y Ucrania.

Este acuerdo, 'posiblemente', será firmado en diciembre, según los organizadores de la cumbre. El primer ministro polaco, Donald Tusk, informó de que 'hemos hablado claramente de este asunto' con la delegación ucraniana. Herman van Rompuy indicó que 'hemos rechazado la utilización selectiva del Código Penal contra miembros de la antigua Administración' ucraniana.

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