Este artículo se publicó hace 17 años.
Los monjes birmanos marchan de nuevo en desafío al régimen militar
Es la primera protesta por las calles desde que hace un mes las fuerzas de seguridad aplastasen las manifestaciones antigubernamentales
Cerca de un centenar de monjes budistas desafiaron hoy a la Junta Militar de Birmania (Myanmar) con la primera marcha por las calles desde que hace un mes las fuerzas de seguridad aplastarsen las manifestaciones antigubernamentales .
La marcha tuvo lugar en la ciudad de Pakkoku, donde a principios de septiembre los monjes que exigían al Gobierno una disculpa por el maltrato de religiosos a manos de soldados, se pusieron al frente de las protestas organizadas por el movimiento político Generación 88 en respuesta a la subida de los precios de los combustibles.
Los monjes marcharon de forma pacífica por las principales calles de Pakkoku, a unos 550 kilómetros al noroeste de Rangún, al mismo tiempo que entonaban salmos budistas, según relataron testigos a Radio Mizzima.
En declaraciones a la emisora de la disidencia, uno de los monjes que participaron en la marcha, y que prefirió ocultar su identidad por temor a las represalias, aseguró que con esa acción se pretendió reanudar las manifestaciones contra la Junta Militar.
Los bonzos, que según algunos testigos superaban el centenar, partieron de la pagoda de Shwegu, y desfilaron por Pakkoku durante casi una hora sin que aparentemente la Policía actuara para impedir la marcha, tal y como hiciera el pasado septiembre.
La presencia de la ONU
El movimiento clandestino Generación 88, uno de los principales objetivos de la amplia operación policial emprendida por la Junta Militar, anunció esta semana que los activistas que eludieron ser capturados preparaban nuevas movilizaciones antes del regreso al país del enviado especial de Naciones Unidas para Birmania, Ibrahim Gambari.
Tras una gira de unas dos semanas por Asia para recabar apoyo a la iniciativa de la ONU de mediar entre la Junta Militar y la líder opositora Aung San Suu Kyi, tiene previsto viajar de nuevo a Birmania el próximo 3 de noviembre, en vez de a mediados de mes como en principio se había fijado.
Las reuniones públicas, con limitaciones
La Junta Militar prohibió el pasado 25 de septiembre todas las reuniones públicas de más de cinco personas y al día siguiente lanzó una brutal represión que concluyó con al menos diez muertos, entre ellos un reportero gráfico japonés , y casi 3.000 personas detenidas, según datos oficiales.
Fuentes de la disidencia birmana cifran en unas 200 las víctimas mortales y en más de 6.000 las personas detenidas.
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