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Monti ultima todos los detalles para presentarse a las elecciones en Italia

El tecnócrata puede anunciar el próximo domingo su candidatura, que contaría con el apoyo de empresarios y políticos del área democristiana. El presidente de Ferrari sería uno de sus grandes valedores

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El primer ministro italiano, Mario Monti, está cerrando todos los detalles para lo que la mayoría de la prensa italiana da por hecho: se presentará a las próximas elecciones como candidato y sin ningún tipo de vinvulación a Silvio Berlusconi.

Los medios aseguran que el anuncio definitivo será el próximo fin de semana, cuando Monti -sábado o domingo- dará el discurso de Navidad que tradicionalmente hacen los primeros ministros. 'Monti siente que el trabajo para cambiar el país no ha concluido. Hablará de su agenda, de lo que él considera un programa necesario para reformar la cida del país, porque de otro modo no se saldrá de la crisis', dijo el ministro de Cooperación Internacional Andrea Riccardi, según recoge el Corriere della Sera.

Parece muy poco probable que Monti funde un partido. A lo sumo propondrá un Gobierno con nombres y apellidos y un programa político y contará con el apoyo de un gran área de centro y democristiana. La Unión de Centro de Pierferdinando Casini, los herederos de la Democracia Cristiana, irán a muerte con el tecnócrata. También algunos hombres del Pueblo de la Libertad de Berlusconi, que llevan siendo muy críticos con Il Cavaliere desde hace más de un año.  Asimismo, Monti tendrá todo el apoyo de la fundación Italia Futura del presidente de Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo, que junta a empresarios, economistas e intelectuales de todo el país.

Según explica a La Repubblica el director de la agencia Ipsos Nando Pagnoncelli, 'no hay dudas: el nombre de Monti da muchísimo más valor a la reagrupación del centro'. Pagnoncelli incide en que hasta el momento, las encuestas dan al área de centroderecha entre un 12% y un 15% de votos para las próximas elecciones, pero la presencia del profesor de la Bocconi en la arena electoral añadiría un plus de 30 diputados y 14 senadores.

Mientras tanto, Berlusconi, que ya ha sido rechazado en varias ocasiones por Monti, continúa con su show mediático. Esta mañana, en una entrevista a Radio Anch'io, dijo que la presencia de Monti en los comicios sin el apoyo berlusconiano reduciría al primer ministro a un mero actor secundario. Il Cavaliere, que lo mismo quiere al tecnócrata como su candidato como lo desprecia hasta la saciedad, no perdió la ocasión para criticar sus políticas: 'La política de la austeridad lleva a la recesión y la depresión. Hay que cambair completamente la política económica. Si seguimos así nuestros países se verán obligados a salir del euro porque si no acabaremos quebrando'.

A falta de un referente político -él ya no tiene tirón- y a falta de un programa claro -nunca lo tuvo- a Berlusconi sólo le queda la baza del populismo -el mismo de siempre, pero esta vez sin tapujos- para tratar de tocar la fibra sensible de la gente. Eso y su desembarco mediático. Berlusconi llegó a reconocer recientemente que sus resultados electorales dependerán del tiempo que pase en televisión. Para copar las cámaras al máximo está dispuesto a hacer de todo. Incluso participar el próximo 10 de enero en el programa Servizio Pubblico, de Michele Santoro , su archienemigo periodístico.

Para el centroziquierda que lidera Pier Luigi Bersani que Monti entre en escena supondrá un pequeño golpe. El líder del Partido Democrático (PD) ha hecho lo correcto no alineándose con Monti, ya que eso podría haber generado mucha desconfianza en un electorado de izquierdas cansado de los recortes y la concepción neoliberal de la economía. Sin embargo, si el tecnócrata diera el paso, los escaños del PD en el Senado se verán reducidos y ahí es donde suelen comenzar todos los problemas en los gobiernos de izquierdas. El Senado se encarga de ratificar las normas que se aprueban en la Cámara Baja y en minoría es imposible gobernar con un mínimo de soltura.

El otro dilema discurre en tono a la fecha de las elecciones. Parece que finalmente se celebraran el 24 de febrero, una semana más tarde de lo previsto por la última artimaña de Berlusconi para ganar tiempo retrasando la votación de la ley de estabilidad, los Presupuestos Generales. Si el texto recibe el visto bueno definitivo el viernes, lo más probable es que Monti se reúna con el presidente de la República, Giorgio Napolitano, y que presente su dimisión definitiva al tiempo que se disuelvan las Cámaras y se dé por iniciada la contienda electoral. De ese modo, el domingo Monti tendrá ya las manos libres para dar su primer mitin como político. 

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