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Moria Habitantes de Lesbos impiden a MSF acceder al campamento destruido para poder dar atención médica a los migrantes

Las miles de personas que se quedaron sin techo tras el incendio que arrasó el campamento de Moria pasan la noche al raso mientras las autoridades griegas ofrecen una solución.

Una mujer trata de recuperar alguna de sus pertenencias, mientras el fuego sigue consumiendo las carpas del campamento de refugiados de Moria. - EFE
Una mujer trata de recuperar alguna de sus pertenencias, mientras el fuego sigue consumiendo las carpas del campamento de refugiados de Moria. - EFE

público / agencias

La situación de los refugiados y migrantes en Moria, en la isla griega de Lesbos, es aún más complicada tras el incendio que arrasó el campamento donde malvivían. Miles de personas se han visto obligadas a pasar la noche al raso mientras el Gobierno griego les ofrece una solución.

A última del miércoles se desató otro incendio que afectó a zonas del campamento que no habían ardido todavía, terminando por destruir casi todo lo que quedaba en pie. A todo ello, se suma, además, el hostigamiento que sufren los migrantes por parte de un sector de la población local de Lesbos. Desde hace tiempo, grupos de ultraderecha iniciaron una campaña de ataques y agresiones, que también han sufrido periodistas y miembros de ONG, ante la pasividad de las autoridades.

Este jueves, la organización Médicos Sin Fronteras ha denunciado que lugareños han bloqueado el camino y han impedido a sus trabajadores y voluntarios poder ofrecer atención médica a las personas que aún quedan en el campamento destruido y en sus inmediaciones.

Mientras, los migrantes y refugiados esperan a que las autoridades griegas ofrezcan una alternativa. Miles de personas no solo han pasado la noche a la intemperie, sino que además, hasta el momento, ni siquiera han recibido alimentos, según los medios locales presentes en lo que queda del campo de Moria, que hasta el martes albergaba a cerca de 13.000 personas.

La solución del Gobierno es habilitar un ferry y dos transbordadores de la Armada, además de carpas traídas de otras islas. El ministro de Migración, Notis Mitarakis, ha prometido que este mismo jueves se harán "las acciones necesarias" para que los grupos vulnerables tengan un espacio para dormir.

Un portavoz de la Marina, sin embargo, ha señalado que por el momento los barcos militares todavía se encuentran en el puerto de Rafina, en la parte continental, en espera de recibir la orden de zarpar hacia Lesbos. El ferri, en cambio, se encuentra ya anclado en Sigrí, en el noroeste de la isla, a la espera de que los refugiados sean trasladados allí desde Moria, situada a unos 90 kilómetros de ese puerto.

La experiencia muestra que una vez que llegan los barcos el proceso de embarque es largo. En marzo pasado, el Gobierno griego, en un amago de descongestionar el saturado campo que por entonces contaba con cerca de 20.000 habitantes, embarcó a 400 personas en un barco de la Armada que luego las transportó a otros campos del norte del país. La operación duró días.

Más de 12.000 personas vivían en Moria en el momento del incendio, pese a que el campo se diseñó en un principio para acoger a unas 2.500. Unas 4.000 de estos migrantes son niños, aunque los primeros esfuerzos se han centrado en resolver la situación de unos 400 menores no acompañados.

El Gobierno griego y la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), con el apoyo de la Comisión Europea, han coordinado entre el miércoles por la noche y este jueves por la mañana la evacuación de estos menores. Han fletado un total de tres vuelos para el traslado de estos niños a la parte continental. Los menores se han sometido antes de salir a pruebas de covid-19, pero ahora deberán permanecer diez días en cuarentena.

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