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Los morteros en Irak no pudieron con los votantes

La jornada electoral alcanzó una buena cifra de participación a pesar de varios atentados en los que murieron 38 personas

PAU MIRANDA

La sonrisa nerviosa de Hannan Nouri ilustra bien el ánimo que mostraba la población iraquí, en su jornada de elecciones generales. Al preguntarle a esta mujer de 43 años si tuvo miedo al tomar su asiento en una mesa electoral en un centro de votación de Bagdad, confesaba tímidamente que sí. Cuando más miedo tuvo Hannan fue a primera hora de la mañana, 'cuando lo de las bombas', dice en referencia a los atentados registrados durante el día, que costaron la vida a 38 personas. Después de mediodía, cuando las cosas se calmaron, 'ya tuve sólo el miedo normal', añade esta bagdadí que desde la invasión de 2003 ha visto a diario cómo se desangra su país.

Hannan Nouri fue una de las muchísimas mujeres que integraron una de las miles de mesas electorales y que a primera ahora sintieron el temblor de los morteros y las explosiones que atacaban Bagdad y la provincia de Diyala. Los violentos se adelantaban pero estaban lejos de ganar la partida. A medida que la jornada avanzaba y salía el sol, que brilló todo el día en Bagdad, se veía que los iraquíes no se iban a dejar amedrentar y que pensaban ir a votar.

En el centro Omar Mukhtar, en una zona acomodada de mayoría suní de Bagdad, personas de diversos orígenes y confesiones entraban sin cesar a buscar dónde debían votar. Situado en una área en la que la seguridad es muy alta, por su cercanía con el emblemático hotel Al Mansour, tres tanquetas y una treintena de militares controlaban los accesos a ambos lados de la calle, asistidos por numerosos policías.

A media mañana, el ambiente era bastante tranquilo, por momentos casi distendido. Los soldados bromeaban y se dejaban hacer fotos mientras familias enteras pasaban a votar. Hannan ayudaba a muchos votantes que mostraban su falta de experiencia en las labores de voto. Una papeleta tamaño sábana (de aproximadamente 70 por 50 centímetros) no simplificaba las cosas.

bombas, ya sólo tuve el miedo normal' dice Hanan

Como Hannan, Alí cobró unos 25 dólares por estar en el centro electoral desde las seis de la mañana hasta bien entrada la tarde, una vez contabilizados los votos. Él, con más experiencia en elecciones -trabajó en las de 2005- explicaba que la afluencia de votantes era mucho mejor que en los anteriores comicios y que eso se debía a que la situación 'había mejorado mucho'.

Pese a esa mejora en la situación de seguridad en el país en los dos últimos años, la jornada no estuvo exenta de atentados. El balance de estos fue de 38 muertos, la mayoría en Bagdad. Uno de los más ataques más letales ocurrió cuando dos morteros cayeron sobre edificios habitados, matando a 12 personas.

Las amenazas de Al Qaeda hacían augurar un nivel de violencia mayor

Pero dado que Al Qaeda había declarado su intención de reventar las elecciones con ataques por todo el país, se auguraba un nivel de violencia mucho mayor y, a pesar del número de víctimas, la jornada fue mejor de lo esperado.

Analistas locales creen que el momento de máximo riesgo se puede producir cuando se hagan públicos los resultados (pueden tardar un mes), que pueden desagradar a los grupos insurgentes. Aunque se tardará días en tener datos definitivos de participación, un alto cargo estadounidense la situó, en declaraciones a CNN, en torno al 55%, lo cual superaría las previsiones más optimistas y supondría un claro mensaje sobre la determinación de los iraquíes de aceptar el juego democrático.

Nuri al Maliki. Primer ministro

Nuri al Maliki es el actual primer ministro y líder del partido Dawa (Llamada), el grupo chií que se opuso al régimen de Sadam Husein. Al Maliki estuvo exiliado durante más de 20 años. En las elecciones de 2005 formaba parte de una coalición de grupos chiíes (hoy englobada en la Alianza Nacional Iraquí), pero no era la primera opción para liderar el gabinete. Para estas elecciones, en el que el aumento de la seguridad es su gran baza, ha optado por romper su anterior alianza y crear una nueva, el Estado de la Ley, que defiende un discurso más integrador y menos sectario. Es uno de los principales candidatos al triunfo en estos comicios, aunque no ha logrado atraer hacia su coalición a líderes de otras comunidades, aunque cuenta con algunos suníes, kurdos chiíes, cristianos e independientes. Venció en las elecciones provinciales del año pasado, pero sus resultados bajaron en los feudos chiíes.

Iyad Allawi. Ex primer ministro

Iyad Allawi es el otro gran candidato al triunfo final de las elecciones de ayer. Fue primer ministro antes que Jaafari y Maliki, y también es chií, pero con un talante más laico. Su plataforma, el Movimiento Nacional Iraquí (más conocido como Iraquiya), es la propuesta más claramente interconfesional y no sectaria. Incluso incluye a Saleh al Mutlaq, vetado como candidato tras una extraña maniobra de Maliki so pretexto de depurar a antiguos partidarios del Baaz, el partido de Sadam Husein. Otros candidatos de esta coalición también se vieron excluidos por la misma causa. Más que en el poder de los partidos, esta alianza se basa en la fuerza de las personalidades integradas en ella, como el actual vicepresidente, el suní Tariq al Hashemi. A pesar de que su cara más visible es chií, es posible que atraiga una importante cantidad de votos entre los suníes. 

Ibrahim Jaafari. Candidato de la INA

Ibrahim Jaafari fue primer ministro tras las elecciones de enero de 2005 y era el máximo aspirante a continuar tras la siguientes, en diciembre de 2005, pero suníes y kurdos se opusieron. Finalmente Nuri al Maliki surgió como el candidato más aceptable. La Alianza Nacional Iraquí (INA) liderada por Jaafari tiene otra cabeza visible, Ammar Al Hakim, líder del poderoso Consejo Islámico Supremo de Irak, la principal fuerza chií liderada hasta ahora por la anterior generación de los Hakim. El vástago no se presenta como candidato, aunque tiene mucho peso a pesar de las dudas que despiertan sus cualidades como líder La INA tiene el apoyo de los seguidores del clérigo Muqtada al Sadr, retirado de la política iraquí, que, sin embargo, considera estos comicios “ilegítimos”.Se integra en esta lista Ahmed Chalabi, líder chií que tuvo un papel muy destacado tras la invasión occidental.

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