El presidente egipcio, Hosni Mubarak, trata desesperadamente de formar un nuevo Gobierno que apacigüe las protestas.

Al nombramiento del general Ahmed Shafiq, como primer ministro y al de Omar Suleiman, como vicepresidente el pasado sábado, se le añaden los del general Mahmud Wagdi, como ministro del Interior, y Gaudat al Malt, como ministro de Finanzas.

En realidad esto no es más que un cambio de sillas entre sus colaboradores lo que no tendrá una buena respuesta de la oposición. Esta mañana, los Hermanos Musulmanes crticaron la elección de Suleiman y Shafiq por haber participado 'en los abusos e injusticias del régimen'.

La única alternativa para el presidente pasa por la dimisión según los manifestantes. El Movimiento 6 de Abril ha convocado para mañana una gran manifestación en el centro de El Cairo.

Por tanto, tampoco tiene aspecto de mejorar la situación la apertura al diálogo de Mubarak. El presidente pidió anoche a Shafiq que trate de acercarse a la oposición y guiar los pasos hacia la transición. Mubarak se encuentra acorralado por las protestas y aún confía en que una capa de maquillaje a su Gobierno pueda frenar su caída.

Además de abrir el fiálogo, Shafiq será el encargado de comenzar las reformas económicas y las políticas de fomento del empleo prometidas.

Fuentes oficiales dijeron que el nuevo Gobierno iba a ser presentado ayer, pero no se produjo ningún anuncio y sólo se están conociendo los nombres del gabinete a cuentagotas. Ni siquiera se ha podido confirmar si sigue como ministro de Asuntos Exteriores Ahmed Abul Gheit, o si en Defensa permanece Husein Tantawi, que apareció junto a Mubarak en una reunión con altos cargos militares.