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De Mussolini al centroderecha

Gianfranco Fini se presenta como la única alternativa conservadora

D. DEL PINO

El cómico Corrado Guzzanti describió recientemente en un programa de televisión al presidente del Parlamento italiano, Gianfranco Fini (Bolonia, 1952), de esta manera: 'Fini culmina su trayectoria: era fascista, ha sido posfascista y ahora, de regreso al futuro, es prefascista'. La frase es triplemente maliciosa, pero define a la perfección el historial político del que ha sido fiel aliado de Silvio Berlusconi durante los últimos 16 años.

Fini había cerrado unos días antes el primer congreso de su nuevo partido, Futuro y Libertad (Fli), proponiéndose como la única alternativa real del centroderecha moderado y europeísta. Un partido basado 'en la legalidad, el sentimiento de pertenencia a una nación y que respete los derechos de las personas', frente al Pueblo de la Libertad (PdL) que fundó en 2007 junto con Berlusconi y que según él, 'se ha convertido en el partido más retrógado de Europa'. Un desafío en toda regla a su ex aliado Berlusconi, a quien podría dar la estocada final el próximo martes en la moción de censura.

Fini inició su andadura política como secretario general del Movimiento Social Italiano, partido neofascista, en 1987. Pronosticaba cómo sería el fascismo en 2000, aunque en apenas seis años fue él mismo el que se encargó de corregir el rumbo del partido. Para empezar, en medio del escándalo de corrupción llamado Tangentopoli, le cambió el nombre por Alianza Nacional (AN), y en 1994 aprovecharía la irrupción de SilvioBerlusconi para subirse al carroganador en las elecciones.

AN era considerado ya un partido posfascista que había conseguido acoplar a su engranaje las características típicas de los partidos conservadores europeos. Sin embargo, seguía cargando en sus listas con personajes como el de Alessandra Mussolini, nieta del Duce y hoy diputada del PdL de Il Cavaliere.

En 2001 AN volvería al Gobierno de la mano de Berlusconi y en 2003 Fini decretó públicamente la muerte del fascismo, lo cual provocó la división del partido. Con Berlusconi perdió las elecciones de 2006, que marcaron la vuelta de la izquierda al poder, y después fundaron el PdL.

La historia de ambos terminó el pasado julio con la aparición del Fli. Pero a Fini igual le espera otra vuelta ideológica. Si prospera la moción de censura es muy probable que haya elecciones anticipadas. Las encuestas le dan al Fli un 8% de los votos y si quisiera gobernar, a Fini no le quedaría más remedio que pactar con la izquierda ¿Regreso al futuro como dice Guzzanti? Habrá que esperar un poco aún.

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