¿Dónde está la Nicaragua con la que soñamos? 'Público' busca las respuestas junto a cinco medios latinoamericanos
Los acontecimientos ocurridos en Nicaragua en los últimos años nos han llevado a analizar desde la izquierda española y latinoamericana las medidas ejecutadas por el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo para acallar a los críticos.
Esther Rebollo
Madrid-
Represión, muertes, encarcelamientos, destierro de opositores y periodistas, expropiaciones y confiscación de bienes, cierre de medios de comunicación, expulsión de ONG... Estas son algunas de las violaciones de los derechos humanos cometidas contra aquellos y aquellas que dieron su vida por la Revolución Sandinista, por la que el pueblo nicaragüense ha luchado sin fisuras.
La retirada de la nacionalidad de quienes se han mostrado contrarios al régimen Ortega-Murillo ha sido el último episodio. Nadie merece ser apátrida. Dejar a un ciudadano o ciudadana sin patria es arrancar el corazón a un pueblo; pero más aún si los desterrados, desnacionalizados y represaliados son quienes lucharon contra la dictadura de la dinastía de los Somoza, quienes tomaron las armas en nombre de Augusto César Sandino, el mítico líder de la resistencia nicaragüense que se levantó contra el Ejército de ocupación estadounidense durante la primera mitad del siglo XX e inspiró la rebelión que llevó a Daniel Ortega al poder en 1985. ¡Si Sandino levantara la cabeza!
Vimos con ojos atónitos la represión durante las protestas de 2018, que se saldaron con más de 300 muertos; y, desde entonces, quienes defendimos la Revolución Sandinista nos ahogamos en la pena. Estas acciones no son aceptables, menos aún en gobiernos democráticos y progresistas, y por eso Público se ha sumado desde España al proyecto Sueños robados, junto a cinco medios de México y Centroamérica, con el propósito de explicar la deriva que ha tomado Nicaragua.
En este proyecto de periodismo colaborativo, coordinado por la alianza de medios centroamericanos Otras Miradas, participan, además del español Público, los digitales Divergentes, Expediente Público y Despacho 505, de Nicaragua; Desinformémonos, de México; y Agencia Ocote, de Guatemala. El compendio de trabajos incluye reportajes, entrevistas, artículos de opinión y un podcast, que se publican desde este 15 de marzo de forma simultánea.
Ahondamos en la paradójica relación del régimen Ortega-Murillo con Estados Unidos y los nexos con sectores de la Contra y grandes corporaciones globales que saquean recursos como el oro y el camarón; contamos las violaciones de los derechos humanos, las posiciones de las izquierdas latinoamericanas y españolas frente a Nicaragua, las alianzas internas que sostienen el poder de Ortega, las dificultades de la oposición para unirse y construir un plan político progresista, y el aislamiento del movimiento feminista.
Público participa con un reportaje sobre la izquierda española y su histórico compromiso con Nicaragua, desde su apoyo incondicional a la Revolución hasta el desencanto de quienes participaron en grupos de solidaridad y contribuyeron al triunfo del sandinismo frente a la dictadura de Somoza, pero hoy ven con desilusión el devenir de los acontecimientos.
Nicaragua, un país sin periodistas
Buena parte de la serie de reportajes y entrevistas se han realizado fuera de Nicaragua porque este país se ha quedado sin periodistas, la mayoría están en el exilio o fueron expulsados abruptamente, muchos de ellos fueron devueltos a las naciones de donde regresaban a Nicaragua tras un viaje privado o de trabajo, periodistas que no han podido volver a sus hogares. Allí han quedado sus enseres, sus familias, sus vidas, sus sueños robados.
Por este motivo, los reportajes elaborados por los tres medios nicaragüenses no llevan la firma de los autores para evitar represalias contra ellos o sus allegados.
Este proyecto de periodismo colaborativo pretende ser un homenaje a los y las nicas que no se han doblegado, que siguen en la resistencia; quiere ser un tributo a quienes mantienen los ideales y el ejemplo de Sandino de ver una Nicaragua libre y soberana.
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