Hace un año Nicolas Sarkozy cayó fulminado en los jardines de Versalles cuando terminaba con apuros un jogging excesivo hacia las dos de la tarde, a más de 30º de temperatura.  Según informaron entonces fuentes oficiales, Sarkozy sufrió un 'síncope vagal', una dolencia que puede tener orígenes múltiples como una hipoglucemia, un importante esfuerzo en ayunas, calor intenso, una emoción fuerte, estrés o un dolor violento.

Por ello, aconsejado por su círculo más cercano y por petición propia, el presidente francés se ha sometido a unos exámenes médicos cuyos resultado son satisfactorios, según ha informa un comunicado del Palacio del Elíseo.

'La semana pasada se le practicaron varios exámenes cardiovasculares y sanguíneos así como una prueba de esfuerzo en el hospital de Val de Grâce de París', precisa el texto de la presidencia, que concluye: 'Los resultados han sido normales'.

La publicación de este comunicado responde al compromiso electoral asumido por Sarkozy, de 54 años, de informar con transparencia sobre su estado de salud.

Una promesa incumplida

Se le practicaron exámenes cardiovasculares y una prueba de esfuerzo  

Una vez elegido en su cargo, Sarkozy se abstuvo de cumplir su promesa. En enero de 2008, dos periodistas revelaron que el presidente había sido internado y operado de un ganglio en la garganta.

Hace un año, el 'síncope vagal' que mantuvo metido en cama a Sarkozy, y que podría obligarle a tomarse más descansos, llegó en el momento más oportuno. El presidente estaba completando su muda desde su fase más hiperactiva hacia una pose más clásica presidencial pomposa.

Los comentaristas políticos franceses destacaron entonces que, contrariamente a su costumbre en años anteriores ante sucesos similares, Sarkozy no se personó en Marsella tras el gravísimo incendio forestal causado por la Legión Extranjera.