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Una nueva comunidad política europea planta su primera semilla para mostrar músculo frente a Putin

La comunidad política europea propuesta por Macron echa a rodar entre escepticismo y tímidas pretensiones. 44 líderes europeos se dan cita en su primer encuentro en Praga.

05/10/2022. El canciller alemán, Olaf Scholz, da la bienvenida al presidente francés Emmanuel Macron, en Berlín, a 3 de octubre de 2022.
El canciller alemán, Olaf Scholz, da la bienvenida al presidente francés Emmanuel Macron, en Berlín, a 3 de octubre de 2022. Michele Tantussi / Reuters

La Comunidad Política Europea (CPE) da su pistoletazo de salida este jueves en Praga rodeada de escepticismo y prudencia. La idea, lanzada hace unos meses por el presidente francés Emmanuel Macron, pretende crear los pilares de una nueva entidad europea de cooperación entre vecinos continentales para que traten y debatan temas vinculados al clima, la inmigración, el desarrollo económico o la paz y la seguridad. Pero en la práctica esconde una intención más sutil: lanzar un mensaje a Rusia y a Bielorrusia de su aislamiento en Europa y en la arena internacional.

A la cita están invitados 44 líderes. A los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la UE se unirán los mandatarios de Reino Unido, Turquía, los Balcanes Occidentales o Armenia y Azerbaiyán. En nombre de Ucrania participará el primer ministro, aunque el presidente Volodímir Zelenski intervendrá en remoto, según confirman fuentes europeas. La primera semilla de esta comunidad se plantará en Praga, la capital checa que ostenta la Presidencia del Consejo de la UE. Pero en los pasillos de Bruselas insisten en desligar esta estructura del bloque comunitario. "La idea no es que funcione como la UE en el centro con satélites alrededor", aseguran fuentes comunitarias, que inciden en la necesidad de echar a rodar este foro de intercambio en el que se comparten y se alineen "diferentes perspectivas en el ámbito geopolítico".

"Habida cuenta de las dramáticas consecuencias de la guerra de Rusia, que están afectando a los países europeos en varios frentes, hemos acordado poner en marcha la comunidad política europea con el objetivo de reunir a países del continente europeo y servir de plataforma de coordinación política. El objetivo es congregar a los dirigentes en pie de igualdad y fomentar el diálogo político y la cooperación en lo relativo a cuestiones de interés común a fin de que, juntos, trabajemos para reforzar la seguridad, la estabilidad y la prosperidad de Europa en su conjunto", apunta Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, en su carta de invitación a los líderes europeos.

Michel: "El objetivo es congregar a los dirigentes en pie de igualdad y fomentar el diálogo político"

La CPE se asienta sobre un tablero complicado. Las relaciones entre el Reino Unido y el resto de la UE no remontan desde la marcha voluntaria de la isla británica. Turquía continúa "secuestrando" la entrada de Finlandia y Suecia en la OTAN y mantiene el choque histórico con Grecia y Chipre. Serbia se distancia a pasos agigantados de la Unión Europea. Y Armenia y Azerbaiyán aterrizan en la cita en medio de conversaciones de paz tras los últimos enfrentamientos en su frontera que se saldaron con más de 200 fallecidos.

Uno de los interrogantes es cuál puede ser el valor añadido de una entidad que ya cuenta con hermanastros: el Consejo de Europa en Estrasburgo o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD) en París. La propuesta llega, además, en un momento en el que los organismos multilaterales nacidos de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial, como la propia Naciones Unidas, buscan su razón de ser y su valor añadido más allá de los comunicados que demuestran la "gran preocupación". En los pasillos de la capital comunitaria defienden que en los foros existentes no se dan las condiciones para que los líderes internacionales se reúnan y pongan punto en común y creen que ambos clubes son compatibles.

El proyecto está todavía muy poco maduro y son más los interrogantes que las certezas en torno a cómo podría materializarse. Establecer sus líneas de acción, sus competencias o sus detalles de las próximas reuniones será la gran misión de su primer encuentro en la capital checa. "Tener un diálogo ya será un logro", afirman fuentes europeas. No obstante, la coreografía no da mucho margen para grandes resultados. La decena de líderes compartirán ideas en torno a mesas temáticas. Darán lugar después a encuentros bilaterales. Ni siquiera hay pretensiones para rubricar una declaración final.

Cómo nace

El 9 de mayo, día de Europa, Macron la invocó por primera vez bajo el doble objetivo de "preservar la unidad en el continente" sin poner en riesgo "la fuerza y la ambición" de la Unión Europea. "La UE, teniendo en cuenta su nivel de integración, no puede ser a corto plazo el único modo de estructurar el continente europeo", afirmó ante el Pleno de Estrasburgo.

El 9 de mayo, día de Europa, Macron invocó por primera vez  el proyecto 

Su llamada a crear esta comunidad política europea llegaba poco después de que Ucrania solicitase su entrada en el bloque comunitario por la vía exprés y en respuesta a la agresión de Rusia en su territorio. El inquilino de El Elíseo ha sido en los últimos años uno de los líderes europeos más reacios a acelerar el proceso de ampliación comunitario. De hecho, ya en 2019 se opuso a la apertura de negociaciones de adhesión con Macedonia del Norte y Albania.

Con la urgencia de dar una señal de apoyo clara a Kiev, cocinó este Plan B, que es visto por muchos como un premio de consolidación para aquellos países, como los Balcanes Occidentales, Georgia, Moldavia o la propia Ucrania, que cuentan con ambiciones para sumarse al club de las doce estrellas. Unos planes que a corto plazo están todavía muy fríos para todos.

La idea de establecer una "confederación europea" ya fue lanzada –sin éxito– por François Mitterrand en 1989, tras la caída del muro de Berlín y con la ambición de incluir a Rusia. "¿Cómo podemos organizar a Europa desde un punto de vista político y más allá de la Unión Europea?", se preguntaba antaño el expresidente francés. Más de tres décadas después, la guerra en Ucrania ha generado un cambio tectónico en la arquitectura de seguridad europea. El objetivo del nuevo proyecto es cohesionar la visión del continente entre aliados con "intereses y principios comunes". Por su parte, la UE anhela un alineamiento de los presentes con su postura y sanciones a Rusia.

De fondo colean los flecos de choque entre Estados Unidos y China y el intento de aislamiento de una de las potencias más importantes del continente. "Necesitamos repensar y reformar el orden global Europeo de forma más amplia y más allá de la UE y de la OTAN", asegura Josep Borrell, Alto Representante de Asuntos Exteriores de la UE.

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