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Nuevas lluvias en Pakistán complican la asistencia humanitaria

Una presa, al límite de su capacidad, podría desbordarse y provocar nuevas inundaciones, las más graves de la historia del país

SHAHANA SHAH (Efe)

La caída de nuevas lluvias fuertes está complicando la asistencia a los afectados por las inundaciones más graves de la Historia de Pakistán , mientras las autoridades cruzan los dedos para que las presas del sur, adonde se han extendido las aguas, no se desborden.

El nivel del agua en dos presas de la provincia sudoriental de Sindh, de donde ya han sido evacuadas más de medio millón de personas, está creciendo considerablemente en las últimas horas, informó un portavoz del Gobierno regional, Sajjad Meher.

'Los embalses de Guddu y Sukkur (situados en la bajada del río Indo) están estables ahora mismo pero el nivel del agua está aumentando continuamente', dijo Meher.

Por Guddu pasaban en la tarde de este sábado 27.200 metros cúbicos de agua por segundo y, según fuentes oficiales, a partir de los 34.000 metros cúbicos la estructura de la presa podría ceder y desbordarse, una situación que dejaría en situación muy vulnerable a cuatro distritos provinciales: Kashmore, Sukkur, Thatha y Ghotki.

El extremo del desbordamiento es probable este fin de semana, en el que persistirán las lluvias en todo Pakistán, mientras que el lunes y el martes el azote del monzón cesará, para luego volver con mayor intensidad durante el resto de la semana, explicó el jefe del Departamento de Meteorología, Arif Mehmood.

Mientras las inundaciones causan sus primeros estragos en Sindh, el agua sigue desbordándose en las ya devastadas provincias noroccidental de Khyber-Pakhtunkhwa y oriental de Punjab. También sucede lo propio en la región septentrional Gilgit-Baltistán, donde al menos otras 55 personas perdieron la vida.

Un portavoz de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA), Ahmad Kamal, situó el número de víctimas mortales hasta la fecha en torno a 1.100, pese a que las Naciones Unidas ofrecieron el jueves la cifra de 1.600. De acuerdo con la versión de la NDMA, la tragedia ya ha afectado directamente a las vidas de 12 millones de los 170 del país, aunque una fuente de la ONU matizó que este organismo aún sigue trabajando con algo más de cuatro millones de damnificados 'graves' como referente.

Para cientos de miles de afectados, sobre todo en el noroeste, la asistencia de autoridades, Ejército y organismos humanitarios está encontrando muchas dificultades debido a las condiciones meteorológicas y el destrozo de infraestructuras.

'Las continuas lluvias plantean grandes dificultades en las labores de asistencia y hacen que se vuelvan a inundar zonas que estaban recuperándose', afirmó un portavoz del Ejército, Azmat Alí. En los últimos días se han arreglado de 'manera temporal' numerosos puentes, carreteras y otra serie de infraestructuras para facilitar la llegada de ayuda, que deviene aún más esencial tras saber que se están registrando los primeros brotes de enfermedades entre la población.

Según datos de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (UNOCHA), ya se han detectado al menos 5.000 casos de diarrea, al tiempo que la Media Luna Roja ha confirmado la existencia de bastantes casos de cólera en Khyber-Pakhtunkhwa.

Varios testigos que han visitado esta provincia, la más damnificada, coincidieron en señalar la escasa presencia de las autoridades en las zonas afectadas por una catástrofe que supera con creces al terremoto en Cachemira en 2005.

La tragedia se extiende por todo Pakistán y lo hace al compás de las críticas hacia el presidente, Asif Alí Zardari, quien desde el pasado domingo se encuentra de visita oficial en Europa. Un portavoz de su oficina, Suhail Alí Khan, confirmó hoy a Efe que el jefe de Estado no regresará a Islamabad hasta el lunes probablemente. 'Su agenda se mantendrá según lo previsto', dijo.

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