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Obama apoya el plan de mezquita en la Zona Cero

El presidente defiende la libertad religiosa frente al Tea Party

ANTONIO LAFUENTE

El presidente norteamericano, Barack Obama, está decidido a defender la libertad religiosa, incluso cuando se trata de la construcción de una mezquita en la Zona Cero de Nueva York, algo a lo que se oponen altos cargos republicanos, un grupo de presión judío y una asociación de víctimas de los atentados del 11-S.

'Esto es EEUU y nuestro compromiso con la libertad religiosa debe ser inquebrantable', dijo Obama el viernes en un acto en la Casa Blanca para honrar el Ramadán, mes del ayuno musulmán. El acto sigue una tradición que los presidentes estadounidenses han mantenido de forma intermitente desde Thomas Jefferson y a la que George W. Bush dio un carácter anual después de los ataques de Al Qaeda.

'Los musulmanes tienen el derecho de practicar su religión', proclama

'Como ciudadano y como presidente, creo que los musulmanes tienen el mismo derecho de practicar su religión que cualquier otro en este país', subrayó Obama, para quien ese derecho 'incluye construir una lugar de oración y un centro civil en una propiedad privada del bajo Manhattan', muy cerca de donde se alzaban las Torres Gemelas.

El presidente de EEUU apoya así al alcade de Nueva York, el republicano Michael Bloomberg, que defiende la construcción de la mezquita porque 'supone quizá la prueba más importante de nuestra generación para mostrar la separación entre Iglesia y Estado'.

Eso que Obama, los demócratas y los republicanos moderados tienen claro, los más conservadores no lo aceptan y rechazan la construcción de la mezquita. 'Es un tema de seguridad', dice el candidato republicano a gobernador de Nueva York, Rick Lazio. 'Es una falta de sensibilidad por parte de la comunidad musulmana', sostiene su correligionario Peter King. Se trata de 'una provocación innecesaria', afirma la ex candidata a vicepresidenta Sarah Palin.

Obama llama al presidente afgano y le pide que presione a los talibanes

La Liga Antidifamación, un organización judía, y una asociación de víctimas del 11-S comparten la opinión de Palin, líder del Tea Party, y critican duramente al alcalde Nueva York y al presidente.

Las palabras de Obama son un intento de acercarse a la comunidad musulmana. Algunos analistas consideran que muchos estadounidenses seguidores del islam están descontentos con el presidente porque aún no ha cerrado Guantánamo y porque la Administración mintió sobre la guerra en Afganistán, donde las tropas de EEUU y sus aliados han provocado muchas más víctimas civiles de las reconocidas.

Precisamente, de la guerra en Afganistán habló ayer Obama con el presidente del país asiático, Hamid Karzai, a través de una videoconferencia. En ella, el presidente de EEUU exigió a Karzai que presione a los talibanes. Pero su homólogo afgano protestó por las numerosas muertes civiles a manos de la OTAN y pidió a Obama que revise la estrategia militar.

 

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