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Obama recurre al humor para ganarse el voto joven

El presidente acude a un programa satírico de televisión

ISABEL PIQUER

El humor siempre es útil en política, especialmente en Estados Unidos. Y en un momento de particular apatía entre los simpatizantes demócratas, el humor ya no es sólo útil, es indispensable. Por eso y para motivar a los votantes más jóvenes, Barack Obama acudió el jueves por la noche al programa satírico más popular e influyente de la televisión estadounidense, The Daily Show, en un último intento por animar a los suyos ante la ola de entusiasmo conservador.

En sus casi 11 años en antena, The Daily Show, que modera el brillantísimo Jon Stewart, se ha convertido en paso obligado para los políticos. Obama y John McCain se sometieron a las bromas de Stewart durante la campaña electoral de 2008. Fue también la plataforma que el malogrado John Edwards eligió para lanzar su candidatura a la presidencia en 2003.

Es la primera vez que un presidente en ejercicio aparece en el Daily Show'

El del jueves fue un programa especial. Era la primera vez que un presidente en ejercicio aparecía en un espacio satírico. Stewart trató de aligerar el tono pero Obama, entre sonrisas, mantuvo la seriedad al hablar de la 'frustración' de los estadounidenses ante el paro y defender sus logros, como la reforma del sistema de salud que, insistió, no fue 'tímida'.

El 'cambio' tan esperado '¿depende de las circunstancias'?', preguntó Stewart. 'Podemos cambiar (yes we can), pero no va a ser de la noche a la mañana', replicó el presidente.

Entre sonrisas, Obama mantuvo la seriedad al defender su gestión

A una pregunta de Stewart sobre por qué Obama había incluido a veteranos de la política (puso como ejemplo a Larry Summers, el polémico asesor presidencial en temas económicos y ex secretario del Tesoro con Bill Clinton, que deja su puesto a finales de año), el presidente replicó que Summers había 'hecho una labor súper' ('a heck of a job') la misma expresión que George Bush usó poco después del Katrina para describir la actuación del entonces director de los servicios de emergencia, FEMA, que fueron un auténtico desastre. 'Yo no usaría esas palabras, colega', respondió Stewart, provocando las risas del público. 'Fue intencionado', dijo el presidente.

Con su intervención, Obama intentaba movilizar, a los 15 millones de electores que votaron por primera vez en el 2008, y a los demócratas más progresistas que se han sentido decepcionados por la actitud, en su opinión, demasiado conciliadora del presidente con los conservadores.

La presencia de Obama tuvo aún más repercusión porque Jon Stewart y su colega humorista, Stephen Colbert, que parodia a un columnista ultra conservador, organizan mañana, en la gran explanada de Washington, el 'mall', un mitin bajo el lema 'restaurar la cordura'.

El mitin en principio no tenia más objetivos que echarse unas risas en vísperas de Halloween y ridiculizar a la manifestación del movimiento Tea Party que la estrella ultra conservadora de la cadena Fox, Glen Beck, convocó a finales de agosto, en la escalinata del monumento a Lincoln. Pero a tres días de las elecciones, el acontecimiento se ha convertido en una cita política para los demócratas.

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