La OTAN ha advertido este martes que los talibanes no deben permitir que Afganistán se convierta, de nuevo, en un caldo de cultivo para el terrorismo, y ha recordado que conserva el poder militar para golpear a cualquier grupo terrorista a distancia 

"Los que ahora asumen el poder tienen la responsabilidad de garantizar que los terroristas internacionales no vuelvan a tener un punto de apoyo", ha declarado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, a periodistas en Bruselas. "Tenemos la capacidad de golpear a los grupos terroristas a distancia si vemos que éstos vuelven a intentar establecerse y planear, organizar ataques contra los aliados de la OTAN y sus países", ha añadido.

La lucha contra la organización militante Al Qaeda, responsable de los atentados del 11 de septiembre y cuya cúpula era alojada por los talibanes, fue el principal motivo por el que países occidentales intervinieron en Afganistán en 2001.

Cuando la OTAN finalizó este verano boreal las operaciones militares después de casi dos décadas, los talibanes avanzaron rápidamente, capturando las ciudades más grandes en días y no en los meses previstos por la inteligencia estadounidense.

La repentina toma de la capital, Kabul, hizo que miles de personas huyeran al aeropuerto de la ciudad, que sigue en manos del Ejército estadounidense, desesperadas por subir a los vuelos de evacuación.

Stoltenberg pidió a los talibanes que faciliten la salida de todos los que quieran abandonar el país, y dijo que los aliados occidentales habían acordado enviar más aviones de evacuación a Kabul.

La OTAN culpa a Afganistán de lo ocurrido

Este martes Stoltenberg ha afirmado que la culpa de que Afganistán sucumbiera a manos de los talibanes es de los dirigentes afganos, que, según el secretario general de la OTAN, no han sido capaces de lograr una solución pacífica y, de acuerdo a sus declaraciones. 

Según el secretario de la OTAN, "parte de las fuerzas afganas combatieron valientemente, pero no fueron capaces de mantener seguro el país porque, al final, los líderes políticos fracasaron en hacer frente a los talibanes y lograr la solución pacífica que los afganos querían desesperadamente". "Este fracaso de los líderes políticos afganos ha llevado a la tragedia que estamos presenciando hoy", ha añadido. 

El político noruego ha admitido estar "profundamente entristecido" por la situación en la que se encuentra Afganistán tras 20 años de presencia militar aliada allí para combatir al terrorismo internacional y tratar de formar a las fuerzas de seguridad afganas.  Y ha asegurado que la Alianza se enfrentaba a un "serio dilema": "O irnos y correr el riesgo de ver que los talibanes recuperaban el control, o quedarnos y arriesgarnos a renovados ataques y a una misión de combate abierta", ha señalado.

Stoltenberg ha recordado que "nunca fue nuestra intención permanecer en Afganistán para siempre", y que en los últimos años la OTAN ha pasado de tener en el país asiático más de 100.000 tropas a menos de 10.000 "y, ahora, cero". "Pero lo que hemos visto en las últimas semanas ha sido un colapso militar y político a una velocidad que no se había anticipado", ha resumido.

Stoltenberg también ha explicado que la OTAN se centra ahora en garantizar la "salida segura" del personal de países aliados y socios, así como de "los afganos que nos han ayudado". Unos 800 trabajadores civiles de la Alianza permanecen en Afganistán para asegurar "funciones clave en un entorno de desafíos", como el control del tráfico aéreo, el repostaje y las comunicaciones, mientras que fuerzas militares en particular de Turquía, Estados Unidos y el Reino Unido juegan un "papel vital" para proporcionar seguridad al aeropuerto de Kabul.

Según ha explicado, la OTAN también mantiene presencia diplomática que trabaja estrechamente con los aliados para coordinar y facilitar las evacuaciones, que espera que concluyan "lo antes posible". Y ha pedido a los talibanes "tolerar y respetar la salida de quienes deseen marcharse", y ha instado a que aeropuertos y carreteras permanezcan abiertos. 

Asimismo, ha solicitado que haya una transferencia de poder a un "gobierno inclusivo, sin venganza ni castigos, que respete los derechos humanos de todos los afganos y no reinstaure el reino del terror"