Tres civiles afganos han muerto de nuevo a manos de la OTAN. Las tropas de la Alianza Atlántica, que llevan a cabo una gran ofensiva en la provincia de Helmand, confundieron el pasado domingo con talibanes a dichas personas, que fallecieron en un tiroteo. Se trata de un nuevo punto negro en la gestión del conflicto por parte de la ISAF. Ayer, el general Stanley McChrystal dio la orden de no utilizar un solo misil más, con el fin de proteger a los civiles.

El domingo, la OTAN comunicó la muerte de otras 12 personas por error, lo que indignó al presidente Hamid Karzai, que lleva años insistiendo en que estas prácticas de EEUU no hacen sino dar fuerza a los talibanes.

La ISAF reconoció la muerte 'accidental' de los tres afganos, que también se vieron involucrados en las operaciones del domingo, según un comunicado. Además delas 12 personas muertas el fin de semana, los soldados occidentales hirieron a dos civiles que confundieron con insurgentes. Los trasladaron al hospital, pero uno de ellos murió.

También fallecieron otros dos hombres que fueron tiroteados por la ISAF al acercarse a sendas patrullas militares.

'Estos incidentes representan algunas de las situaciones más difíciles a las que se enfrentan las fuerzas afganas y de la ISAF durante la operación Moshtarak. Nuestras fuerzas continúan haciendo todo lo que pueden por proteger a los civiles', dijo un portavoz de la ISAF, el coronel Steven Baker.

En la provincia vecina de Kandahar, al menos cinco civiles murieron ayer y dos sufrieron heridas en una ofensiva aérea lanzada en el distrito de Zhari, según otra nota. Los militares localizaron a un grupo de personas cavando en un sendero y creyeron que estaban colocando una mina caminera por lo que pidieron apoyo aéreo y bombardearon la zona.

Cuando los soldados se aproximaron al lugar de la ofensiva descubrieron que se trataba de civiles y trasladaron a los heridos a un centro de atención médica de la ISAF. Mientras, dos soldados de la ISAF han muerto en las últimas 24 horas por la explosión de dos artefactos improvisados en el sur del país, según un breve comunicado que no precisa la provincia en la que se registraron los ataques ni la nacionalidad de las víctimas.

Desde el pasado sábado, unos 15.000 soldados llevan a cabo un gran asalto contra la insurgencia en el municipio helmandí de Marjah y sus aledaños, la mayor operación militar por número de tropas desde la caída del régimen talibán en 2001.

El Gobierno afgano ha pedido a los insurgentes que resisten en Marjah que se acojan a la oferta de reconciliación nacional y depongan las armas, tras advertirles de que los combatirá hasta asegurarse el control de la zona, donde residen unas 80.000 personas.