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Palestina Los palestinos resisten la presión árabe para que acepten el ‘acuerdo del siglo’

El príncipe saudí Mohammad bin Salman presionó al presidente palestino, Mahmud Abás, para que aceptara el acuerdo del siglo. Documentos oficiales jordanos revelan el alcance de presiones a las que los palestinos están haciendo frente sin la ayuda de los líderes árabes, o al contrario, contra la actitud de los líderes árabes que defienden las posiciones de Israel.

Manifestantes despliegan una bandera de Palestina durante una protesta junto a la frontera en Gaza. - REUTERS

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

El príncipe saudí Mohammad bin Salman presionó al presidente palestino, Mahmud Abás, con sumas millonarias de dinero para que aceptara el llamado ‘acuerdo del siglo’ que desde hace más de dos años prepara la administración de Donald Trump para resolver el conflicto con Israel, y en el que se ve con claridad la mano del primer ministro Benjamín Netanyahu.

El diario Al Akhbar publicó esta semana varios documentos oficiales jordanos en los que se da cuenta de la presión de Riad. Según esos documentos, MBS ofreció a Abás 10.000 millones de euros y establecer una embajada en Abu Dis, un suburbio pobre de Jerusalén este desde el que ni siquiera se ve la ciudad antigua, a cambio de la aceptación del acuerdo.

“Te daré 10.000 millones durante diez años si aceptas el acuerdo del siglo”

Los documentos se remontan al último mes de 2017 y el primer mes de 2018, es decir justo cuando Trump anunció el traslado de la embajada estadounidense en Israel de Tel Aviv a Jerusalén. Tras esa decisión, Abás suspendió los contactos oficiales con Washington, pero los documentos jordanos muestran que la Casa Blanca se sirvió de MBS para imponer sus planteamientos y los de Israel a Abás.

La inesperada publicación de los documentos esta semana se recibió con un riguroso silencio tanto por parte de los jordanos como por los palestinos, que no han querido comentarlos. Horas después, el diario de Londres Rai al Youm señaló que MBS había decidido suspender todos los contactos y reuniones con funcionarios jordanos y palestinos hasta nueva orden.

El hecho de que los jordanos hayan filtrado los documentos en estos momentos puede obedecer al temor que tiene el rey Abdallah de que el acuerdo del siglo se realice a costa de los jordanos. Según filtraciones recientes, el acuerdo prevé que Jordania nacionalice a alrededor de un millón de palestinos, lo que sin duda causaría extremas tensiones demográficas en el país.

Así mismo, el ofrecimiento de que Arabia Saudí abriera una embajada en Abu Dis necesariamente debía contar con el apoyo explícito de Netanyahu. Esta propuesta ya la sugirieron con anterioridad los israelíes en varias ocasiones, y siempre fue rechazada por los palestinos. Según Al Akhbar, Abás volvió a rebatirla una vez más cuando se la presentó MBS.

El informe indica también que Abás ordenó a los dirigentes palestinos que no se enfrentaran a Estados Unidos

El periódico de Beirut recoge que MBS comunicó a Abás los detalles del acuerdo del siglo y le pidió que los aceptara. A continuación le preguntó: "¿A cuánto asciende el presupuesto anual de tu entorno?” Abás le respondió: “No soy un príncipe para contar con un entorno propio”.

MBS volvió a preguntarle: “¿Cuánto dinero necesitan la Autoridad Palestina, sus ministros y sus empleados?” Abás le respondió que el presupuesto que necesitaban era de 1.000 millones de dólares anuales. El príncipe replicó: “Te daré 10.000 millones durante diez años si aceptas el acuerdo del siglo”. Abás rechazó la oferta diciendo que sería el fin de su vida política.

Los documentos oficiales citados por Al Akhbar fueron redactados por el embajador de Jordania en Ramala, Khaled al Shawabkeh, tras conversar con altos funcionarios palestinos que estaban al corriente de la reunión entre Abás y MBS. Shawabkeh envío el contenido de sus conversaciones a Amán, y agregó que el presidente Trump prometió a Abás que le entregaría la tierra en la que viven los palestinos, que es apenas una pequeña fracción de la Cisjordania ocupada por Israel en la guerra de 1967.

MBS hizo a Abás otras ofertas adicionales que el presidente palestino tampoco aceptó. “Abás le explicó a Salman la situación de entonces y dijo que no sería capaz de hacer ninguna concesión en relación con los asentamientos (judíos), la solución de los dos estados y Jerusalén, y que cualquier presión empujaría a la Autoridad Palestina a disolver sus instituciones y hacer a Israel responsable de llevar los asuntos de los palestinos”.

La dirección palestina considera que Estados Unidos no realizará ninguna propuesta por escrito

Al Akhbar añade que las preocupaciones de Jordania son comprensibles, “especialmente después de que los medios estadounidenses e israelíes hayan revelado el alto precio que Jordania tendrá que pagar en relación con la posibilidad de relocalizar palestinos en el reino, acabar con la condición de guardián de los lugares sagrados en Jerusalén, que pasarían a Arabia Saudí, y la posibilidad de quitar a Jordania tierras de su frontera que se darían a los palestinos a cambio de tierras del norte de Arabia Saudí que se darían a los jordanos”.

El informe indica también que Abás ordenó a los dirigentes palestinos que no se enfrentaran a Estados Unidos después de que este país reconociera Jerusalén como capital de Israel, y les dijo que lo aconsejable era buscar otro patrocinador del proceso de paz distinto de la administración Trump.

La dirección palestina considera que Estados Unidos no realizará ninguna propuesta por escrito sino que seguirá con el mismo tipo de actitud que ha mantenido durante décadas, es decir sin ofrecer nunca un acuerdo concreto, serio y claro. Los palestinos desean que China y Rusia jueguen un papel más relevante en la consecución de un acuerdo que sea justo para todas las partes en conflicto.

A pesar de la actitud de Arabia Saudí, en Ramala no se critica abiertamente, por orden de Abás, su actitud ni la de Egipto, un país que ha perdido cualquier tipo de liderazgo árabe. Tampoco se critica a los Emiratos Árabes Unidos, que, como Arabia Saudí, parece una extensión de Israel y está completamente entregado a las políticas de Netanyahu, bloqueando cualquier decisión árabe a favor de los palestinos.

Refiriéndose recientemente al acuerdo del siglo, el ministro de Exteriores palestino, Riad al Malki, advirtió que no tiene ninguna posibilidad de prosperar puesto que “Jerusalén está fuera, los refugiados están fuera y los asentamientos judíos son una realidad”, unos planteamientos que la dirección palestina nunca aceptará.

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