Una oleada de protestas islamistas sacudió ayer las principales ciudades de Cisjordania y Gaza mientras la Policía del presidente, Mahmud Abás, se empleaba a fondo contra los manifestantes causando un muerto en Hebrón y decenas de lesionados y heridos en toda Cisjordania.

En Ramala, cientos de personas se concentraron en la Gran Mezquita de Al-Bira, con la intención de llegar al centro de Ramala, pero los manifestantes, cargados con pancartas alusivas a la conferencia y gritando la consigna de 'No hay más dios que Dios', apenas lograron avanzar unos metros.Cientos de policías en uniforme y de paisano disolvieron la manifestación distribuyendo entre propios y extraños bastonazos y disparando generalmente al aire. Los manifestantes se retiraron poco a poco para tomar aliento e intentarlo de nuevo, pero una y otra vez chocaron con la Policía.

'¿A esto le llaman democracia? Son peores que los judíos', exclamó una mujer de edad avanzada que buscó refugio en la farmacia Al-Manar, justo enfrente de la Gran Mezquita de Al-Bira, refiriéndose a la brutalidad policial.

En la concurrida plaza Al-Manara, el centro neurálgico de Ramala, se observaba también un considerable despliegue policial que disuadía a las personas que pretendían formar grupos para protestar contra la conferencia.

Un Estado islámico

'Palestina acabará siendo un Estado islamista, el año que viene o dentro de varios años. La gente está cansada de Fatah y de Israel, y quiere un Estado islámico', aseguraba con franqueza Abú Muhammad Yadel, una de las pocas personas que tuvo el valor de reconocer abiertamente que es partidario de Hamás.

'En Cisjordania, los de Hamás son más fuertes que nosotros', comentó Shadi, de 23 años, que se identificó como militante de Fatah, 'pero ahora están escondidos porque tienen miedo'. La represión de la Policía de Fatah en toda Cisjordania es enorme, mayor incluso que la represión que padecen los seguidores de Fatah en Gaza, donde gobierna controla Hamás.

La convocatoria de las manifestaciones fue hecha por una pequeña formación fundamentalista, el Partido de la Liberación Islámica, pero el grueso de los manifestantes eran gente de Hamás que por temor a la represión que padecen prefirieron no significarse en la convocatoria.
En la franja los seguidores de Fatah se pueden expresar libremente, aunque no se pueden manifestar en las calles, mientras que en Cisjordania la gente de Hamás tiene que mantener un perfil muy bajo si no desea que la detengan simplemente por el hecho de militar en el partido fundamentalista.

'Es muy posible que en Annapolis haya un acuerdo, es algo que no descarto, pero otra cosa será su aplicación. Los judíos hablan mucho pero luego no hacen nada. Dicen cosas y luego se echan atrás. Ponen condiciones que nadie puede cumplir, de manera que el acuerdo no sirve para nada. Pasó eso mismo con los acuerdos de Oslo', dice Shadi.