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París desafía a Estrasburgo y mantiene las expulsiones

El Parlamento Europeo exige el fin de la persecución de los gitanos en Francia con los votos de los grupos de izquierda y los liberales. El Gobierno francés descarta suspender las medidas

DANIEL BASTEIRO

El Parlamento Europeo confinó ayer la nueva política de seguridad de Nicolas Sarkozy en una orgullosa soledad internacional. Pese a los intentos de los conservadores europeos por evitar toda referencia a Francia, la Eurocámara sacó adelante una resolución donde deja patente su 'profunda preocupación por las medidas tomadas por las autoridades francesas', que incluyen la deportación de cientos de ciudadanos gitanos rumanos y, por lo tanto, europeos con derecho a libertad de movimiento.

La Eurocámara pidió a París que 'suspenda inmediatamente' las expulsiones al sospechar que colocan en la diana a una etnia concreta con deportaciones masivas que son contrarias a las leyes comunitarias.

La condena de Estrasburgo contiene una llamada a los gobiernos de la Unión Europea para que llamen al orden a Sarkozy y exige al hasta ahora pasivo Ejecutivo comunitario que cumpla con su obligación de supervisar el respeto a las directivas antidiscriminación y de libertad de movimiento. El responsable directo de las expulsiones como ministro galo de Inmigración, Eric Besson, reaccionó desde Bucarest asegurando que 'está descartado que Francia suspenda las reconducciones, se trate de rumanos, búlgaros o cualquier otro ciudadano'.

En la capital de Rumanía, Besson se entrevistó con el ministro de Exteriores, Teodor Baconsch, que lejos de mostrarse 'preocupado' por las 'repatriaciones colectivas', como había hecho en el pasado, prefirió ser conciliador con París, 'rechazar polémicas estériles' y 'decepcionar' a quienes 'esperasen un partido Francia-Rumanía'.

Sin embargo, más que un partido con Rumanía, la clara reprobación de la Eurocámara enfrenta a Francia con la opinión internacional, que comprende a ONG pro derechos humanos, colectivos de rumanos y hasta a la ONU. Hace unos días, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la organización se declaró 'preocupado por el incremento de los incidentes de violencia y la violencia de naturaleza racista contra los gitanos' en Francia.

La resolución aprobada ayer contó con 337 votos a favor y 245 en contra. Sus promotores fueron los socialistas, liberales, verdes y comunistas europeos, que aislaron así al Partido Popular Europeo (PPE). La familia política de Sarkozy pretendía aprobar otra resolución en favor de la integración de la comunidad romaní pero sin mención alguna a las expulsiones francesas. El intento fracasó finalmente pese a su número de escaños es el partido mayoritario y el apoyo de la extrema derecha.

Francia no sólo hizo oídos sordos a la exigencia parlamentaria, sino que presumió de 'aplicar escrupulosamente el derecho europeo'. El Ejecutivo comunitario, criticado por su calculada ambigüedad, no lo tiene tan claro, y por eso ha enviado una carta a París para pedir más información sobre el proceso de expulsión, que le permitirá determinar si las expulsiones son ilegales. En caso de violar la ley comunitaria, la comisión se ha mostrado dispuesta a denunciar ante los tribunales europeos la política de seguridad de Sarkozy.

El socialista español Juan Fernando López Aguilar, que preside la Comisión de LibertadesCiviles, reivindicó en un comunicado el 'rechazo' de su grupo a 'toda acción de índole populista que, en lugar de dar soluciones, busca chivos expiatorios, la discriminación de una minoría'.

El Partido Popular español, en cambio, se mantuvo en un discreto segundo plano, sin participar en ningún debate y apoyando la postura oficial de su familia política europea, que criticó en un comunicado la 'lamentable explotación política de la comunidad romaní europea' por la izquierda y los liberales.

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