Este artículo se publicó hace 13 años.
París quiere tomar el mando y reducir a la Alianza a una función "técnica"
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, trata de asumir el "pilotaje político" de la operación
Francia insistió ayer en mantener la ambigüedad sobre la comandancia de la operación multinacional en Libia y elevó el nivel de sus exigencias en un intento por guardar las apariencias de que existe un liderazgo de París. También para dar la impresión de que existe un comandante en jefe de facto: Nicolas Sarkozy, el presidente francés.
El ministro de Exteriores, Alain Juppé, tomó la palabra ayer para insistir en que la Alianza sólo tendrá el rol de "una herramienta de planificación y de conducción operativa" en cuanto al mantenimiento de la zona de exclusión aérea.
"No será la OTAN la que ejerza el pilotaje político de la operación", apostilló Juppé, dejando de nuevo clara la que ha sido posición de Francia desde la semana pasada, cuando se aprobó la resolución 1973 del Consejo de Seguridad. Una postura que defendió en la cumbre de París del sábado, cuando los países de la coalición aceptaron lanzar la operación pese a no tener resuelta la cuestión de la cadena de mando.
Juppé aludió a la posibilidad de que se confíe ese ambiguo "pilotaje político" a un comité integrado por los ministros de Exteriores de los estados que participan en la intervención militar.
Tras el anuncio de un acuerdo Obama-Sarkozy, el martes, sobre el papel de la OTAN, en realidad la presidencia francesa publicó un comunicado que se desmarcaba de la posición de Washington. En él se afirmaba simplemente que se usarán "las estructuras de comandancia de la OTAN en apoyo a la coalición".
Un aislamiento incipienteComo París empieza a estar aislado, hizo falta otro primer espada de Sarkozy para insistir en su postura. Se trató del portavoz del Gobierno, François Baroin, quien aseguró que el de la OTAN "será un papel técnico".
"Hay que distinguir bien de un lado la acción política, que es la coordinación en la aplicación estricta de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad" y, de otro, "lo que el propio primer ministro británico llama una maquinaria útil en el plano técnico'".
En una entrevista publicada ayer por el diario Le Figaro, el nuevo ministro de Defensa francés, Gérard Longuet, fue mucho más preciso sobre las intenciones de París: la de sugerir que es su Ejército el que lidera y da ejemplo. "En este tipo de guerra, la hiper-reactividad es un deber absoluto. Esta exigencia funciona bien en el marco francés", se jactó el ministro Longuet.
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