Este artículo se publicó hace 2 años.
El periodista Pablo González se lamenta del frío y la comida desde la cárcel en Polonia: "Me faltan proteínas y vitaminas"
El reportero ha escrito una carta a la plataforma #FreePablo en la que cuenta las duras condiciones en las que se encuentra en la prisión de Radom pero agradece el apoyo desde el exterior.
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El pasado 21 de noviembre, a las 8:30 am, el reportero Pablo González recibió en la cárcel de Radom la primera visita de su entorno desde que fue encarcelado hace nueve meses. Oihana Goiriena, la madre de sus hijos, acudió al centro penitenciario a 100 kilómetros de Varsovia y estuvo reunida con el periodista durante dos horas en compañía de una agente de los servicios secretos polacos.
Ese mismo día, llegó a la plataforma #FreePablo, que desde que el reportero fuera encarcelado ha organizado actividades, concentraciones y protestas para exigir que se respeten sus derechos, una carta escrita por Pablo González.
"Por aquí, la verdad, es que pocas novedades; es lo que tiene el aislamiento". Así comienza el periodista hispano-ruso acusado de espiar para Rusia el relato de lo que está viviendo en la cárcel.
González lleva desde el pasado 28 de febrero encerrado. Nueve meses ya desde que fuera detenido y sin que se haya celebrado un juicio para que pueda defenderse. "La mayor parte del tiempo estoy bien de ánimo, aunque también hay momentos más bajos. Son ya unos cuantos meses de aislamiento total y pesan", cuenta el periodista.
La carta tiene matasellos con fecha del 10 de noviembre, pero fuentes cercanas al caso han aclarado que el texto puede haber sido escrito mucho antes porque los procesos para que las misivas puedan salir del centro penitenciario son muy largos.
De hecho, en las palabras de Pablo González se aprecia que es posible que la carta se escribiera hace unas semanas porque todavía no había llegado el frío del todo a Polonia: "Empieza a hacer frío", asegura en el texto.
Uno de los principales problemas que denunció el periodista ante el Tribunal de Estrasburgo en septiembre eran las condiciones de la celda donde está encarcelado y la alimentación. Algo que también se recoge en esta misiva.
"Supongo que este invierno no tendremos demasiada calefacción. No tienen casi ni para las escuelas, imagínate las cárceles… He pedido, incluso la embajada española ha pedido, ropa interior térmica. Me la han denegado. A cambio, el director ha autorizado darme una manta extra", explica Pablo.
Sobre la celda, cuenta: "En mi zona las ventanas no se abren, y no hay manera de ventilar; calor en verano y acumulación de vaho en invierno".
El tema de la alimentación es un grave problema dentro de la prisión. El periodista denuncia que su situación es muy mala pero que intenta compensarlo comprando alimentos gracias a las aportaciones que le llegan desde el exterior: "Me faltan proteínas; las que consumo las compro con el dinero que me ponen de fuera. Me faltan muchas vitaminas, así que ahora lucho por poder comprarlas, así como antioxidantes".
A pesar de las duras condiciones y de los problemas que está viviendo en prisión, Pablo González intenta ser optimista: "De todos modos, sigo intentando sacar lo positivo de todo esto (...) En los peores momentos, siempre llegan cartas y la cosa se ilumina :)".
Es la primera vez que se conoce el contenido de una de las cartas que ha enviado Pablo González desde la cárcel de Radom. La plataforma #FreePablo instó a comienzos de noviembre a enviar cartas a la cárcel para mostrar apoyo al periodista. La dirección a la que se pueden enviar es:
Pablo González Yagüe, s. Alexia
A.S. Radom
ul. Wolanowska 120
26-600 RADOM
POLONIA/POLSKA
Por otro lado, la plataforma también ha convocado para el 1 de diciembre a las 19 horas una concentración en apoyo a Pablo González delante del Ministerio de Asuntos Exteriores, en la Plaza de la Provincia.
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