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Petraeus presenta el mensaje que interesa a McCain

El general dice que la situación en Irak es frágil y que hay que ralentizar la retirada de tropas

ISABEL PIQUER

El máximo responsable militar estadounidense en Irak, el general David Petraeus, pidió ayer al Congreso más tiempo para "evaluar la situación" sobre el terreno. En concreto, recomendó suspender la retirada de las tropas, que el próximo julio volverán a los niveles de hace un año, para hacer una pausa de 45 días, hasta el otoño, antes de tomar nuevas decisiones. Su informe coincide en líneas generales con el mensaje del candidato republicano, John McCain.

El calendario traslada la nueva estimación a dos meses de las elecciones presidenciales de noviembre. Por tanto, congela de hecho la presencia militar estadounidense hasta la llegada a la Casa Blanca del nuevo presidente, McCain, Barack Obama o Hillary Clinton, que, en su calidad de senadores, estaban ayer presentes en la comparecencia.

Ante el Comité de las Fuerzas Armadas, el general hizo un balance algo menos positivo que en su evaluación de septiembre, cuando el aumento de tropas, decidido por Estados Unidos en enero de 2007, parecía haber dado resultados. Los recientes enfrentamientos en Basora entre las tropas iraquíes y las fuerzas del clérigo chií Muqtada al Sáder y el hecho de que en marzo se produjeran el doble de ataques que en febrero (631 contra 239) condicionaron sus palabras.

La situación en Irak, dijo Petraeus, es demasiado "frágil y reversible" para permitir nuevas reducciones de tropas. Petraeus apuntó a un enemigo: la causa es en parte el "papel destructivo de Irán".

En este momento, Washington cuenta con 158.000 soldados en Irak, que deberían quedar en 140.000 este verano. El general recomendó un periodo de análisis de 45 días tras los cuales, el Gobierno estadounidense valoraría "cuándo se podrá recomendar nuevas retiradas".

Esto confirma lo obvio: que Estados Unidos mantendrá su presencia militar más allá de finales de año, cuando expira el mandato de la ONU que autorizó la intervención internacional. Según Ryan Crocker, el embajador estadounidense en Bagdad que compartió ayer la comparecencia con Petraeus, no significa sin embargo el establecimiento de "bases permanentes" aunque Washington ya ha empezado a negociar con el Gobierno del primer ministro Nuri al Maliki, un acuerdo sobre su permanencia en Irak.

Las recomendaciones de Petraeus ya fueron bendecidas por el presidente estadounidense, George Bush, en el discurso que pronunció hace tres semanas para conmemorar los cinco años de guerra.

En la batalla electoral el mantenimiento de las tropas en Irak beneficia claramente a McCain que desde el principio ha respaldado una fuerte presencia en el país.

Su breve declaración de ayer retomó su discurso del lunes donde criticó a cualquier candidato que se pronuncie por la retirada. "Prometer el regreso de nuestros soldados, independientemente de las desastrosas consecuencias sobre el pueblo iraquí y nuestros intereses más vitales en el futuro de Oriente Próximo, es el colmo de la irresponsabilidad" y "un error de liderazgo", dijo el senador de Arizona.

Los demócratas

Clinton y Obama, que piden un repliegue militar rápido, llevan ya algunas semanas matizando sus propuestas. Entrevistado por la cadena NBC, Obama transformó los 16 meses de retirada que ha vendido en sus mítines en un plazo algo más largo de dos años, siempre en función de "la situación sobre el terreno".

Hillary Clinton ayer sí pidió el comienzo de la retirada: "Creo que ha llegado el momento de iniciar un proceso ordenado de retirada de nuestras tropas y centrarnos en los desafíos de Afganistán, los grupos terroristas globales y otros problemas".

Ambos han leído el reciente informe del Institute for Peace, una organización que depende del Congreso, que concluye diciendo que "una reducción de las tropas podría llevar a un fracaso completo del Estado iraquí, un caos masivo e incluso el genocidio".

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