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La policía turca carga contra los manifestantes con gas pimienta

Los indignados han sido desalojados de la plaza Taksim, pero miles de ciudadanos intentan resistir y continuar con su protesta en las calles aledañas

EFE

La policía turca comenzó esta noche a lanzar gas pimienta contra los numerosos manifestantes que siguen ocupando la comercial calle Istiklal, tras haber sido expulsados de la plaza Taksim, donde habían celebrado una protesta con claveles rojos.

El desalojo de la plaza, que comenzó sobre las 19.30 hora española, había transcurrido de manera más pacífica que otras veces, con los antidisturbios empleando únicamente cañones de agua a presión, pero no gas lacrimógeno, y sin agresiones por parte de los manifestantes. 

Pero miles de personas siguen congregadas en las calles adyacentes y la policía ha empezado a cargar con un amplio uso de gas lacrimógeno.

En lo que parece una reedición de las protestas de semanas anteriores, los antidisturbios disparan botes de gas para 'limpiar' las avenidas principales de manifestantes, y éstos se dispersan sólo para volver a reunirse una vez que la policía se retira.

Durante las dos primeras semanas de junio, este tipo de enfrentamientos eran habituales en el centro de Estambul, pero tras el violento desalojo del parque Gezi, el sábado 15 de junio, las protestas tomaron un cariz más pacífico.

La consigna general de los manifestantes es no agredir a la policía y recriminan a quienes intentan lanzar botellas u objetos parecidos.

Antes del recrudecimiento del desalojo, en la plaza Taksim la tensión se mantuvo hasta pasadas las 20.00 horas, mientras los manifestantes, que con claveles rojos acudieron en la tarde de este sábado a la emblemática plaza para conmemorar el violento desalojo del adyacente parque Gazi hace una semana, se movían en pequeños grupos entre las brigadas de policía.

Tras una hora larga de concentración pacífica, la policía había ordenado por megáfono a los manifestantes que se dispersaran y dado que nadie hacía caso, intervino lanzando agua a presión desde los blindados que llevan días rodeando la plaza. A diferencia de lo ocurrido en semanas anteriores, los antidisturbios no emplearon gas lacrimógeno y no se vivieron las escenas de pánico habituales en otras ocasiones, ni hubo tampoco agresiones contra la policía.

Los agentes bloquearon el espacio, aunque sin acordonarlo por completo. Sin embargo, cuando miles de ciudadanos se mantuvieron en actitud de manifestación en las calles adyacentes comenzaron los enfrentamientos y, con ellos, el uso de gas pimienta para disolver la protesta contra el Gobierno de Recep Tayip Erdogan.

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