Público
Público

La primera víctima del taxista inglés fue su hermano gemelo

Las hijas del asesino niegan que el origen fuese una disputa sobre la herencia

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

Norman Sherwen es una de esas personas que aún no saben hoy por qué siguen vivas. Este agricultor conducía su tractor el miércoles por la mañana en Carleton y se cruzó en la carretera con Derrick Bird, el taxista que mató a tiros a 12 personas antes de suicidarse. 'Regresaba a la granja en el tractor y vi que su coche venía hacia mí', contó ayer al diario The Times. Me miró directamente a los ojos con una mirada furiosa. No sé por qué no disparó. Luego, a sólo 300 metros, disparó a un hombre que cruzaba la carretera'.

Ni la policía ni los habitantes de la región de Cumbria, en el noroeste de Inglaterra, saben exactamente cuál fue el motivo de esta locura homicida. Es cierto que es habitual que los vecinos y amigos siempre digan que el asesino era una persona encantadora, pero en este caso la gente insiste en que no sabe qué es lo que hizo que un hombre agradable y hasta simpático se convirtiera en un asesino múltiple.

'Era el tipo de persona que no haría daño a nadie', dijo Sherwen. 'Éramos colegas. En diciembre, fuimos a Twickenham a ver a los All Blacks' (la selección de rugby de Nueva Zelanda). Ni siquiera sabe si Bird lo reconoció.

La primera víctima fue su hermano gemelo, David Bird. La segunda, el abogado de la familia, Kevin Commons. Eso ha llevado a pensar que todo comenzó por una disputa sobre el testamento de la madre, pero nadie ha podido confirmarlo. Las hijas de David lo han negado. La madre, MaryBird, de 90 años, no ha podido asimilar los hechos. 'La vi el miércoles y estaba simplemente atónita', dijo una de sus sobrinas. 'No podía entenderlo. No hacía más que decir que quería hablar con ellos, con sus hijos'.

Algunos datos conocidos dan una imagen diferente de Bird, pero tampoco sirven para entender la razón de la matanza. El taxista, de 52 años, había tenido una discusión con sus compañeros, algo no especialmente extraño entre personas que tenían que competir por un número cada vez más escaso de clientes.

Pero algo estaba preparando. La noche anterior, había visitado a su hijo, Graeme, de 28 años, que acababa de ser padre hace dos semanas. Bird cogió a su primer nieto en brazos y luego dejó a su hijo una gran cantidad de dinero 'para el bebé'.

La policía informó que Bird tenía antecedentes por robo en un caso que provocó su despido en 1990 en la central nuclear de Sellafield. No debió de ser muy grave porque sólo recibió una pena de 12 meses que no supuso el ingreso en prisión.

Un pariente de su ex compañera contó a un periódico local que fue el nacimiento del último hijo lo que rompió la pareja hace 16 años: 'Cuando Linda se quedó embarazada de Jamie, él quería que tuviera un aborto y ella se negó. Eso puso las cosas muy difíciles y rompieron a los pocos meses de nacer Jamie'. Nunca volvieron a verse, aunque Bird sí pasaba a casa de su ex mujer a recoger a Jamie para pasar tiempo con él.

El menor de los fallecidos tenía 23 años. El mayor era Jim Jackson, de 71, que primero vio cómo su mujer fue tiroteada antes de que Bird lo disparara. La policía tendrá que explicar por qué no pudo detener al asesino durante las más de tres horas que duró la matanza, aunque la zona rural en que se produjeron los crímenes se extiende a lo largo de 55 kilómetros.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Internacional