Este artículo se publicó hace 14 años.
La protesta en Francia por el tijeretazo social se desinfla
Las centrales reconocen el bache en la huelga por la reforma de las pensiones
Más de un millón de personas volvieron a salir a la calle en unas 270 ciudades para expresar su rechazo al recorte de pensiones del presidente Nicolas Sarkozy. Las centrales reconocieron el bache en la movilización, que no alcanza las cifras de manifestantes de las protestas precedentes. No obstante, subrayaron que una participación así, sólo un día después de la aprobación del proyecto de ley en el Parlamento, es algo con muy pocos precedentes, y permite planificar seguir luchando contra un recorte "ilegítimo".
e_SDLqOn est pas fatigués!" ("¡No estamos cansados!"), fue uno de los eslóganes más coreados. Pero, aunque efectivamente muchos manifestantes izan la bandera de la determinación, las cifras fueron duras de asumir. Según la policía, 560.000 personas se manifestaron. Según el principal sindicato del país, la CGT, fueron dos millones. En ambos casos, el descenso de participación es considerable.
La policía calcula que sólo 560.000 personas salieron a la calle
Las huelgas también tuvieron menor incidencia, excepto en las compañías aéreas. Un 50% de los vuelos de París-Orly tuvieron que ser anulados, y ocurrió otro tanto con casi un tercio en los otros aeropuertos del país, donde además hubo importantes retrasos.
También sigue fuerte la huelga en todas las terminales portuarias petroleras, y en cinco de las doce refinerías del país. No obstante, en ocho de ellas se ha puesto fin a los bloqueos de depósitos y, aunque el refinado no arranca, los camiones cisterna vuelven a cargar lo que queda en los almacenes. Un 20% de las gasolineras registra aún problemas graves de abastecimiento.
Apoyo de la poblaciónLa última huelga general del año está convocada para el 6 de noviembre
En otros sectores, el porcentaje de huelguistas fue marginal, oscilando entre el 4% y el 12%. Con todos esos elementos en la mano, el líder de la CGT, Bernard Thibault, fue ponderado: "Ha habido una participación inferior" a la de otras jornadas, pero el movimiento "sigue siendo de gran amplitud". Algo que confirman los sondeos: pese a que el impacto de la aprobación parlamentaria de la ley ayer es fuerte, una encuesta CSA para Le Parisien señala que un 65% de la opinión pública vuelve a apoyar al movimiento social.
Una nueva jornada de protesta está prevista para el 6 de noviembre, ahora que el Gobierno necesita abandonar rápidamente el campo de este recorte, porque, contrariamente a lo deseado por Sarkozy, nadie la percibe como una "gran reforma", sino como un galimatías injusto.
Ese galimatías quedó patente hace seis días cuando Sarkozy, para frenar la peligrosa entrada en huelga de los marineros de la compañía SNCM entre el sur de Francia y Córcega, dio orden de mantener la jubilación a los 50 y a los 55 años para esos profesionales. Para la población general, la ley quiere elevar de 60 a 62 años la edad legal, y de 65 a 67 la edad que abre derecho al 100% de la pensión de base.
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