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Las protestas populares no arraigan en Jordania y Siria

Las manifestaciones en estos países sólo reúnen a unos centenares de personas

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

Apenas unas 300 personas se han congregado en la plaza del Cuarto Círculo de Ammán para protestar contra la corrupción y exigir reformas económicas y políticas que mejoren las condiciones de vida de los jordanos. En Damasco, la capital de Siria, el número de manifestantes aun fue mucho menor.

'Hemos venido a exigir al Gobierno un cambio económico, político y democrático, así como un cambio de la ley electoral', comentó Said Diyab, secretario general del Partido de la Unidad Popular Democrática (PUPD), un médico de 60 años que estudió en Sevilla y que acudió sin paraguas a la concentración a pesar de la lluvia persistente que cayó durante todo el día.

Los jordanos congregados en el Cuarto Círculo, junto a las oficinas del primer ministro, coincidían en que el caso de Jordania es distinto al de Egipto, y que ellos no están en contra del monarca Abdulá II, sino en contra de cómo se está dirigiendo el país, y especialmente en contra de la crisis económica y el aumento de precios.

'Egipto está luchando contra la corrupción y debe liderar al mundo árabe. Pero en Jordania no estamos en contra del régimen, como en Egipto, porque la situación no es comparable', puntualizó Diyab.

'La concentración es pequeña porque la gente está esperando para ver cómo actúa el próximo primer ministro', aseguró el secretario general del PUPD. El rey Abdulá ha designado esta semana como primer ministro a un ex general, Marouf al Bajit, que está tratando de formar una coalición de Gobierno amplia.

Sin embargo, el jueves, Hamza Mansour, secretario general del Frente de Acción Islámica (FAI), rechazó la invitación de Bajit para entrar en la coalición, lo que indica que esta organización islamista, que exige reformas sustanciales, prefiere incidir desde fuera de las estructuras del poder en Jordania.

'Queremos una nueva ley electoral, queremos un Gobierno para los pobres, queremos reformas y cambios, queremos una monarquía constitucional. No estamos de acuerdo con el primer ministro porque la otra vez que Bajit gobernó [entre noviembre de 2005 y noviembre de 2007] había mucha corrupción', señala Dima, una profesora universitaria que se manifestó bajo las banderas verdes del FAI.

En Siria las protestas todavía fueron más insignificantes que en Ammán. Desde la mañana temprano se desplegaron en lugares claves de Damasco grupos de policías de paisano, pero después de la plegaria del viernes apenas hubo gente dispuesta a salir a la calle para exigir reformas políticas.

Durante los últimos días se había convocado a los sirios, a través de las redes sociales, a que se manifestaran para expresar su disgusto con el régimen. Algunos analistas comentaron que la situación de Siria es diferente porque el régimen no es aliado de EEUU, una circunstancia que, en su opinión, en el caso de Egipto ha incidido negativamente en la percepción que la población egipcia tiene del presidente Hosni Mubarak.

Esta semana el presidente Bashar al-Asad dijo que ha llegado el momento de emprender reformas en el país sin precisar de qué forma piensa abordarlas ni en qué consistirán exactamente los cambios. Desde hace algún tiempo las autoridades de Damasco han puesto en marcha algunas reformas económicas pero dejando a un lado las reformas políticas, que es precisamente lo que reclama la oposición del país.

Mientras tanto, la organización Human Rights Watch denunció que las autoridades sirias intimidan a los defensores de los derechos humanos en el país.

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