Este artículo se publicó hace 13 años.
Protestas contra el primer ministro designado por Hizbolá en Líbano
El candidato elegido por el movimiento chií Hizbolá cuenta con el apoyo de la mayoría del Parlamento
En las principales ciudades de Líbano se manifestaron ayer cientos de ciudadanos, a veces con gran violencia, para protestar contra el primer ministro designado, el suní Nayib Mikati. El candidato elegido por el movimiento chií Hizbolá, cuenta con el apoyo de la mayoría del Parlamento, incluyendo los chiíes moderados de Amal, los cristianos de Michel Aoun, y los drusos de Walid Yumblat.
Las principales protestas se registraron en Trípoli y Beirut, donde viven importantes comunidades suníes. Según el sistema político libanés, el primer ministro tiene que ser suní. Mikati, un multimillonario de 55 años, cumple este requisito, pero se da la circunstancia de que la mayoría de los suníes no le apoyan a él, sino al primer ministro saliente, el también multimillonario suní Saad Hariri.
Francia hizo ayer un llamamiento a Mikati para que forme un Gabinete "sin interferencias"; una tarea bastante difícil en este diminuto país donde las grandes potencias mundiales, incluidas Estados Unidos y la misma Francia, así como las potencias regionales, Siria e Irán, siempre tienen algo que decir y normalmente convierten a los libaneses en meros peones de sus grandes juegos estratégicos.
Durante las protestas se registraron varios enfrentamientos violentos. En Trípoli los manifestantes destruyeron una unidad móvil de la televisión qatarí Al Yazira por considerar que esta cadena es favorable a Hizbolá. Tanto en Trípoli como en Beirut se vieron manifestantes armados que hicieron uso de sus armas, aunque no se registraron heridos.
Los libaneses no han resuelto las enquistadas contradicciones que acarrea el complejo mosaico religioso y cultural de las minorías que integran el país. Lo que está en juego y esto no es algo nuevo es la cuestión de la orientación estratégica, o sea si Líbano se alinea con Occidente, como quiere Hariri, el primer ministro saliente, o si decide buscar lazos más estrechos con sus vecinos árabes, como quieren quienes apoyan a Mikati.
Las "interferencias" que ayer denunciaba el Gobierno de París se producen en las dos direcciones y la propia Francia no está precisamente en buena situación para poner esta condición.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.