Este artículo se publicó hace 11 años.
Las protestas siguen en Brasil tras la oferta de diálogo de Rousseff
La mayor manifestación de este sábado congregó a cerca de 65.000 personas en la ciudad de Belo Horizonte
Las manifestaciones que sacuden a Brasil desde la semana pasada prosiguieron hoy, con protestas en unas 20 ciudades, pese al diálogo propuesto anoche por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, en un pronunciamiento a la nación. Ni el pronunciamiento en el que la jefa de Estado propuso un pacto nacional para mejorar los servicios públicos ni la reducción de las tarifas de transporte público en las mayores ciudades, que era la reivindicación inicial de los manifestantes, han convencido a los brasileños a cesar sus movilizaciones.
Las protestas, sin embargo, perdieron intensidad con respecto a las registras el pasado jueves, cuando cerca de 1,2 millones de brasileños salieron a la calle en un centenar de ciudades para exigir mejores servicios públicos, condenar la corrupción y criticar los altos gastos del Gobierno con el Mundial de fútbol de 2014.
La mayor manifestación de este sábado congregó a cerca de 65.000 personas en la ciudad de Belo Horizonte para criticar el despilfarro de recursos y los supuestos desvíos en la construcción de los estadios exigidos por la FIFA para que Brasil organice el Mundial y la Copa Confederaciones, que comenzó la semana pasada. Además de menos numerosas, las protestas de ayer tuvieron objetivos específicos, al contrario de las anteriores en que las reivindicaciones eran variadas. Así como en Belo Horizonte el blanco de la protesta fueron las inversiones públicas en el Mundial, en Sao Paulo se propuso criticar un proyecto de ley que pretende reducir el poder de investigación del Ministerio Público, y en Brasilia tuvo el objetivo de reivindicar derechos de la mujer.
Las únicas manifestaciones que terminaron con incidentes fueron en Belo Horizonte y SalvadorLas únicas manifestaciones que terminaron con incidentes fueron las de Belo Horizonte y Salvador, las ciudades en las que se disputaron partidos por la Copa Confederaciones.
La policía de Belo Horizonte utilizó bombas de gas lacrimógeno para dispersar a un grupo de manifestantes que insistía en marchar hacia el estadio en el que México venció a Japón por 2-1.
Los enfrentamientos a unos tres kilómetros del estadio Mineirao dejaron al menos doce heridos, entre los cuales cinco uniformados y un fotógrafo, así como un preso, según fuentes oficiales. Pese a la protesta, los espectadores que acudieron al Mineirao llegaron y salieron sin complicaciones del estadio. En Salvador también se registraron enfrentamientos, aunque menos graves, con manifestantes que querían acercarse al estadio Fonte Nova, en donde Brasil venció por 4-2 a Italia por la Confederaciones.
Unos 30.000 manifestantes en Sao Paulo y otros grupos menores en Brasilia y Goiania marcharon contra el proyecto de enmienda constitucional que le retira poderes de investigación al Ministerio Público, lo que, consideran, es una iniciativa de legisladores corruptos para favorecer la impunidad.
Otras 30.000 personas protestaron en Santa María contra la impunidad en que permanece el caso del incendio en una discoteca de esa ciudad que dejó 242 jóvenes muertos este año.
En Brasilia, unas 3.000 personas atendieron la convocatoria de la Marcha de las Vagabundas, una organización que lucha contra la supuesta idea de que las propias mujeres son responsables por los abusos sexuales que sufren. Las mujeres, en trajes provocativos, ropa interior y en algunos casos hasta con el pecho descubierto, protestaron contra un proyecto de ley en discusión en el Congreso que concede subsidios a las mujeres violadas que no desean ejercer su derecho a abortar y contra un proyecto de ley que permite a los psicólogos ofrecer tratamientos para "curar" a los homosexuales.
El 75% de los brasileños, con las protestasEl 75 % de los brasileños apoya las manifestaciones por mejores servicios públicos que hace dos semanas sacuden a Brasil, según una encuesta del Instituto Ibope cuyos resultados fueron divulgados en la última edición de la revista Época, que comenzó a circular este sábado. Pese al elevado apoyo, tan sólo un 6% dijo haber acudido a las manifestaciones y sólo un 35% de los que no atendieron a las convocatorias dijo que tuvo la intención de hacerlo.
Tan sólo la mitad de los brasileños que apoyan las protestas considera que las mismas provocarán cambios, según el sondeo que entrevistó a 1.008 personas en 79 municipios entre el 16 y el 20 de junio.
Las protestas se multiplicaron pese a que, según el sondeo, el 71% de los brasileños se dice satisfecho con su actual vida y un 43% tiene expectativas positivas sobre el futuro del país. Entre las personas que apoyan las protestas, un 69% está satisfecho con su vida y un 39% confía en un futuro mejor para el país.
En cuanto al motivo de las protestas, un 77% citó el deficiente transporte público, un 47% la insatisfacción con los políticos, un 32% la corrupción, un 31% deficiencias en la educación y la salud, y un 18 % la inflación.
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