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Rebeldes sirios secuestran a 21 cascos azules en los Altos del Golán

El comando de los Mártires de Yarmouk, como se autodefinen en el vídeo difundido, exige que el ejército sirio se retire de una aldea bajo su control. La ONU ha condenado el secuestro y exige la inmediata liberación de los re

PÚBLICO/AGENCIAS

Un grupo de rebeldes sirios capturaron el martes un convoy de cascos azules de la ONU cerca de los altos del Golán, un territorio fronterizo entre Siria e Israel que el ejército judío ocupó tras la Guerra de los Seis Días, en 1967. Los rebeldes, que hasta ahora nunca había emprendido acciones de esta naturaleza contra miembros de la ONU, aseguraron que los mantendrán cautivos hasta que las fuerzas del presidente Bashar el Asad se retiren de una aldea en manos de los combatientes, donde se han producido intensos combates. En total hay retenidos 21 soldados de las fuerzas de paz, todos de nacionalidad filipina.

La captura fue anunciada en un vídeo de los rebeldes subido a Internet y fue confirmada el miércoles por Naciones Unidas en Nueva York, que dijo que alrededor de 20 de sus observadores habían sido secuestrados.

El Consejo de Seguridad de la ONU condenó el hecho y el enviado de Rusia ante Naciones Unidas dijo que la entidad confirmó que los observadores habían sido detenidos por un grupo armado vinculado a la oposición siria. 'Condenamos con firmeza la detención de los observadores de la ONU por elementos armados de la oposición siria y exigimos su liberación inmediata e incondicional', dijo este jueves el presidente de turno del Consejo, el embajador ruso, Vitaly Churkin.

China también ha condenado el secuestro. 'Cualquier ataque o amenaza contra los observadores de paz de las Naciones Unidas es inaceptable', subrayó este jueves la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Hua Chunying, quien instó a todas las partes a 'adoptar medidas efectivas para garantizar la seguridad de las fuerzas de paz de la ONU'.

Es la amenaza más directa a personal de la ONU en el levantamiento de casi dos años contra Asad. Human Rights Watch dijo que está investigando a la misma brigada por ejecuciones en el pasado.

El asalto al convoy de la ONU sucedió el mismo día en que Reino Unido dijo que aumentará la ayuda a las fuerzas de la oposición siria y en que la Liga Árabe diera luz verde para que sus estados miembros armen a los rebeldes.

El órgano regional árabe también invitó a la coalición de la oposición siria a ocupar el sillón de Siria en una reunión en Doha este mes. Siria fue suspendida del grupo en noviembre de 2011 en respuesta a su represión de las protestas, que han acabado convirtiéndose en una guerra civil.

Los cascos azules de la misión UNDOF controlan desde hace casi cuatro décadas una línea de alto el fuego entre Siria y los altos del Golán ocupados por Israel desde la Guerra de los Seis Días, en 1967.

Israel ha advertido que no se quedará 'de brazos cruzados' mientras la guerra civil siria se propaga a la región del Golán.

La ONU dijo que sus efectivos habían sido detenidos por cerca de 30 combatientes en los altos del Golán. 'Los observadores de la ONU se encontraban en una misión regular de abastecimiento y fueron detenidos cerca del Puesto de Observación 58, que había sufrido daños sustanciales y fue evacuado el fin de semana pasado tras intensos combates en sus inmediaciones, en Al Yamlah', afirmó el organismo, en referencia a una aldea donde se produjeron intensos combates el domingo.

'Si no hay una retirada dentro de 24 horas, los trataremos como prisioneros' 'El comando de los Mártires de Yarmouk (...) está reteniendo a fuerzas de las Naciones Unidas de Observación de la Separación hasta la retirada de las tropas del régimen de Bashar el Asad desde las inmediaciones de la aldea de Yamlah', comentó un joven rebelde en un vídeo, luciendo ropa de civil.

Al menos cinco personas figuraban dentro de los vehículos de la ONU en las imágenes, vistiendo los cascos azul claro de la ONU y chalecos antibalas.

'Si no hay una retirada dentro de 24 horas, los trataremos como prisioneros', agregó el rebelde, que los acusó de colaborar con las fuerzas de Asad para expulsar a los rebeldes de Yamlah. A casi dos años del inicio de la revuelta, los rebeldes no confían en la ONU que, dicen, ha fracasado a la hora de respaldar su causa.

El miércoles, la ONU dijo que el número de refugiados que han huido de Siria llegó al millón, parte de un éxodo en aceleración por un conflicto que se acerca a su segundo aniversario sin que se vislumbre un fin al derramamiento de sangre.

El ministro de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña, William Hague, prometió apoyo a los opositores de Assad, dijo que la guerra civil alcanzó proporciones catastróficas y que los esfuerzos internacionales por contener la violencia habían sido un fracaso.

Altos diplomáticos estadounidenses y rusos discutirán el jueves sobre el conflicto en una reunión en Londres, dijo Rusia, en la más reciente de una serie de reuniones que apuntan a buscar un fin al derramamiento de sangre.

Pero Hague dijo que las posibilidades de lograr una solución política inmediata a la crisis eran bajas y que la diplomacia está demorando mucho. Sin embargo, desestimó la posibilidad de una intervención militar occidental directa.

'Si no se encuentra una solución política a la crisis en Siria y el conflicto continúa, nosotros y el resto de la Unión Europea estaremos listos para movernos más y no deberíamos descartar ninguna opción para salvar vidas', declaró, aunque agregó que ningún gobierno occidental respalda una intervención militar.

Un líder rebelde sirio trató de persuadir a los gobiernos europeos a que levanten un embargo de armas para las fuerzas de la oposición al decir que cualquier armamento entregado sería registrado y posiblemente devuelto posteriormente.

El brigadier Selim Idris dijo en Bruselas que los rebeldes sirios tienen un registro de las armas que reciben.

'Las armas son registradas en listas. Nosotros distribuimos esas armas. Y sabemos con precisión quién las ha recibido', aseguró en una conferencia de prensa.

Cerca de la mitad de los refugiados sirios son niños, la mayoría de ellos menores a 11 años, y el número de personas que huye del país aumenta cada semana, dijo en un comunicado la agencia de refugiados de la ONU.

El levantamiento contra Assad ha dado paso a una lucha cada vez más sectaria entre rebeldes armados y soldados y milicias del Gobierno. Alrededor de 70.000 personas han muerto durante el conflicto.

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