Este artículo se publicó hace 15 años.
El referéndum enciende Venezuela
Chávez amonesta a sus seguidores más radicales tras una oleada de ataques violentos contra la oposición
Venezuela sufre, otra vez, una campaña muy caliente. Pero en esta ocasión, la pasión y el fuego han desbordado al propio presidente. La detención de siete policías, acusados de atacar la sinagoga judía de Caracas, y la autoinculpación del líder de uno de los grupos ultras del chavismo han provocado la reacción del presidente bolivariano, que ha amonestado a sus seguidores más radicales.
El país suramericano sufre estrés político. La personalidad volcánica de Chávez, el abismo que en ocasiones llega hasta el odio que separa a las dos mitades del país y la proliferación de campañas enconadas han llevado a Venezuela a una situación de enfrentamiento desbordado. Una enfermedad de complicada cirugía.
La actual ola de ataques a la oposición política y civil viene precedida de un cruce de declaraciones con Chávez como protagonista. Los universitarios retomaron su estrategia del referéndum de 2007, cuando utilizaron los cortes de tráfico para protestar contra el Gobierno y convertirse en la cabeza visible de la oposición. Chávez, sabedor de que estos jóvenes no tienen el estigma de los viejos políticos, fue muy contundente en una aparición pública: "Échenles gas del bueno" y metan preso a los que "promuevan disturbios en las calles y autopistas".
Posteriormente, las palabras han dado paso a los hechos. Esta es la sucesión de los acontecimientos:
Domingo, 18 de enero. La camioneta de Ricardo Sánchez, uno de los líderes estudiantiles que derrotó a Chávez en el referéndum de 2007, arde tras ser atacada con cócteles molotov mientras él preside una reunión. "Fue un atentado criminal dirigido a minar nuestra lucha", manifestó Sánchez ayer a Público mientras preparaba un examen parcial. "Y para mí fue un impacto emocional, porque la camioneta era de mi mamá, el único bien de nuestra familia".
Lunes, 19. La sede de la Nunciatura Apostólica de Caracas es atacada con bombas lacrimógenas. El Episcopado había condenado previamente la enmienda que se vota el próximo domingo, por permitir la reelección indefinida. La residencia de Marcel Granier, presidente de Radio Caracas Televisión, la emisora cerrada por el Gobierno, también es atacada con artefactos incendiarios.
Martes, 20. La Policía reprime duramente a los estudiantes, concentrados en una céntrica plaza caraqueña. Ese mismo día, la dirigente radical Lina Ron, al frente de un grupo de milicianos ultras, ataca el Ateneo de Caracas, que en aquel momento reunía a un grupo de opositores.
Viernes, 30. Un grupo armado y enmascarado ataca la sinagoga de Caracas. Destrozan parte del templo religioso.
Lunes, 2 de febrero. Chávez responde a la CNN: "Hay un laboratorio que fabrica hechos de violencia y señala al Gobierno". También acusa a la oposición de estar detrás de los ataques a la sinagoga.
Viernes, 6. Valentín Santana, líder del grupo ultra La Piedrita, reconoce en una entrevista que está detrás de varios de los atentados.
Punto de inflexiónLa tradicional campaña caliente, en un país donde la reconciliación parece hoy tarea imposible, ha disparado su termómetro. Hasta que el sábado pasado se produjo un punto de inflexión, tras la multitudinaria manifestación opositora. Chávez interviene personalmente: "No podemos aceptar que la fulana Piedrita esa se convierta en un Estado, en un grupo de terroristas que andan amenazando de muerte No tienen una conducta racional, se tocan la extrema izquierda y la extrema derecha".
Mao, jefe civil y reconocido líder del 23 de Enero, apoya la marcha atrás de Chávez, en declaraciones a Público: "Nosotros, como revolucionarios, tenemos un líder. Y tenemos que escucharle. Pero somos solidarios con el compañero Valentín, porque él es un revolucionario íntegro. Esto es política".
Chávez también arremetió contra Lina Ron. "Ella podrá gritar mucho y decir que es la más grande revolucionaria, pero no lo es". Ron, destacada dirigente del chavismo, participó a mediados de enero en la presentación de la campaña a favor del sí a la enmienda, sentada junto al coordinador general.
Así están las cosas en un país que no sabe ni de equidistancias ni de medias tintas. Chávez, en uno de sus habituales giros de tuerca, ha cambiado el gas del bueno por el amor. Y como se acerca el día de los enamorados, el presidente rescata un eslogan que tan buen rédito electoral le dio en 2006, cuando apabullóen las urnas a la oposición. Así lo expresa en su columna periodística del pasado domingo en Últimas Noticias: "Y llevo en mi pecho un arma muy poderosa que cada día se hace más grande, regalo de los caminos y de los pueblos, de los hijos y de los recuerdos: ¡El amor, el amor, el amor! Por amor, vamos todos y todas el 15 de febrero: sí, sí, sí".
Una consulta que decidirá el futuro del presidente1. Enmienda
Sólo han transcurrido 14 meses desde que los estudiantes derrotaran la propuesta de reforma constitucional de Chávez, cuando el líder revolucionario vuelve a presentar a referéndum una enmienda que le permitiría continuar en el poder tras acabar su mandato en 2012.
2. La pregunta del referéndum
“¿Aprueba usted la Enmienda de los artículos 160, 162, 174, 192 y 230 de la Constitución de la República, tramitada por la Asamblea Nacional, que amplía los derechos políticos del pueblo, con el fin de permitir que cualquier ciudadano o ciudadana en ejercicio de un cargo de elección popular pueda ser sujeto de postulación como candidata o candidato para el mismo cargo, por el tiempo establecido constitucionalmente, dependiendo de su posible elección, exclusivamente, del voto popular?”
3. Las encuestas
Los sondeos en Venezuela, tan polarizados como la calle, sostienen que el resultado del 15-F será muy apretado. La mayoría de las encuestas otorgan ventajas al ganador, ya sea el sí o el no, de no más del 4%. La abstención definirá el referéndum.
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