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La reforma sanitaria de EEUU llega a la meta

Los demócratas planean usar un atajo legal para su aprobación

ISABEL PIQUER

Los estadounidenses aprendieron ayer una nuevo término legislativo: deem and pass, en traducción libre 'visto y aprobado'. Hace poco se enteraron de que 'reconciliar' no era sólo cosa de parejas, también servía para aprobar una enmienda presupuestaria en el Senado con mayoría simple. Además de ampliar el vocabulario de sus ciudadanos, el debate sobre la reforma sanitaria, supuestamente en su recta final, está creando tremendas tensiones en el Congreso.

Y de momento nadie sabe si la votación se llevará a cabo antes de que el presidenteBarack Obama salga de gira por Asia el próximo domingo gira que aplazó precisamente para estar presente en el momento crucial ni si los demócratas tienen los 216 votos necesarios en la Cámara de Representantes para conseguir rematar de una vez el debate.

Gracias al deem and pass se votaría la versión aprobada en el Senado

El deem and pass permitiría a Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes que lidera la ofensiva parlamentaria, acelerar un voto sobre la versión de la reforma aprobada el pasado diciembre por el Senado. Los republicanos usaron esta táctica en contadas ocasiones cuando estaban en mayoría, pero ahora critican a los demócratas por 'dictar' a los estadounidenses 'de forma arrogante lo que es mejor para ellos', dijo el líder conservador, MitchMcConnell.

La Casa Blanca ha impuesto un ultimátum, a los suyos y a los otros. 'Va a haber una votación esta semana y la gente va a enterarse de la postura de cada uno de sus legisladores', dijo su portavoz, Robert Gibbs.

Agotando sus cartuchos, Obama se metió ayer directamente en la boca del lobo al dar una entrevista a la cadena ultraconservadora de noticias, Fox News.

Los demócratas necesitan 216 votos para cerrar deuna vez el debate

Entre bastidores, la presión es brutal. El equipo de Obama se anotó ayer una victoria al conseguir el voto de una de las voces más conocidamente progresistas de su partido, el representante Dennis Kucinich, de Ohio, que hasta ahora protestaba por considerar el proyecto demasiado blando.

Los demócratas se centran en los 39 miembros que en noviembre pasado votaron en contra de la primera versión de la ley, y los que se apuntaron a una enmienda propuesta por un miembro religioso del partido, Bart Stupak, de Michigan, que quería limitar los fondos públicos destinados al aborto.

En el mejor de los casos reciben una llamada de Obama. En el peor, contaba uno de ellos anónimamente a la página web Politico, llamadas de los contribuyentes a sus campañas, presionados por la Casa Blanca. Los republicanos también han montado campañas en los distritos donde estos demócratas conservadores lo tienen más difícil de cara a las elecciones legislativas de noviembre.

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