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Restricciones covid-19 Termina con disturbios la protesta de Bruselas contra las restricciones de covid a la que han asistido 50.000 personas

Algunos de los asistentes lanzaron proyectiles a la policía, que recurrió a los cañones de agua y al gas lacrimógeno.

Un manifestante arroja un ladrillo a un vehículo policial durante los enfrentamientos tras una protesta contra las medidas europeas contra el coronavirus, en Bruselas.
Un manifestante arroja un ladrillo a un vehículo policial durante los enfrentamientos tras una protesta contra las medidas europeas contra el coronavirus, en Bruselas. STEPHANIE LECOCQ / EFE/EPA

La manifestación de este domingo en Bruselas contra las restricciones sanitarias adoptadas por la pandemia, en la que según la policía de la ciudad participaron 50.000 personas, concluyó con disturbios y escenas de violencia.

Organizada por asociaciones como Manifestación Mundial por la Libertad y Europeos Unidos por la Libertad, se había convocado a los manifestantes a las 11:00 horas en la Estación del Norte de la capital belga para iniciar la marcha una hora más tarde hasta el Parque del Cincuentenario, donde se pronunciaban los discursos de oradores locales e internacionales.

El parque se encuentra junto a las principales instituciones de la Unión Europea y fue precisamente junto a las sedes de los organismos comunitarios, alrededor de la rotonda Schuman, donde comenzaron los actos violentos y los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.

Algunos de los asistentes lanzaron proyectiles a la policía, que recurrió a los cañones de agua y al gas lacrimógeno.

Según la agencia de noticias Belga, algunos vehículos y edificios también sufrieron daños, mientras que el diario Le Soir publicó imágenes de la sede del Servicio Europeo de Acción Exterior, encargada de la diplomacia de la UE, con cristales rotos.

Poco antes de las 15:00 horas, la policía de Bruselas pidió en su perfil de la red social Twitter la disolución de la marcha.

"Es increíble, la afluencia. Pero tengo un doble sentimiento al respecto. Por un lado, estoy feliz de ver tanta gente reunida. Por otro lado, estoy descontento porque esta gente está aquí porque no son escuchados. Hay un gran problema democrático", dijo a Belga el presidente de Europeos Unidos por la Libertad, Tom Meert.

Antes del inicio de la marcha, junto a la Estación del Norte, la policía registró a los manifestantes y en algunos casos encontró objetos peligrosos que fueron confiscados. También antes del comienzo de la protesta, las fuerzas de seguridad detuvieron a seis personas.

Durante el recorrido de la manifestación, se vieron banderas alemanas, francesas, neerlandesas, estadounidenses, polacas o rumanas, indicó Belga.

Los asistentes, igualmente, portaban pancartas con críticas a los Gobiernos, la vacunación o el certificado covid digital, y la mayoría de los participantes no llevaba la mascarilla puesta.

Para tratar de que la convocatoria tuviera la máxima repercusión posible, los convocantes habían lanzado llamamientos en redes sociales y organizaron viajes en autobús y en tren hasta la capital belga desde otros países europeos.

Con la manifestación, autorizada por el alcalde de la ciudad de Bruselas, el socialista Philippe Close, los organizadores dicen defender "la democracia, los derechos humanos y el respeto a la Constitución".

Europeos Unidos por la Libertad afirma en su página web que la propagación de covid-19, la saturación de los hospitales y las muertes de personas enfermas no justifican la derogación de las libertades fundamentales garantizadas por la democracia.

"La peor enfermedad que hemos importado de China no ha sido el virus, sino el totalitarismo", afirma el movimiento, que también critica "la falta de debate público previo a las decisiones que toman los gobiernos basándose en el asesoramiento científico".

Durante los últimos fines de semana han sido habituales las protestas contra las medidas sanitarias en Bruselas, y a menudo han concluido con escenas de violencia.

Destacó, en particular, la celebrada el pasado 21 de noviembre, que logró congregar a 35.000 personas por las calles de la capital belga, con destrozos al final de la marcha de cristales, coches y mobiliario urbano. La policía tuvo que usar gases lacrimógenos para dispersar a los alborotadores.

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