Rusia estrecha el cerco sobre Bakhmut y se complica la posible contraofensiva ucraniana en primavera
El Ejército ruso estrecha su cerco sobre Bakhmut, en el Donbás, y el Gobierno de Kiev destituye a su comandante jefe en esta región del este de Ucrania donde la posibilidad de una futura contraofensiva ucraniana se complica día a día.
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El segundo año de la guerra de Ucrania ha comenzado con el recrudecimiento del ataque ruso sobre Bakhmut, las dudas sobre el apoyo efectivo que puede tener la prevista contraofensiva ucraniana de primavera y el reiterado rechazo occidental al plan de paz chino, la única propuesta oficial que hay en estos momentos sobre la mesa para avanzar hacia un alto el fuego.
A Ucrania han empezado a llegar algunos de los aclamados tanques Leopard II, pero en un número tan exiguo que parece bastante difícil que se formen a tiempo las divisiones de carros de combate necesarias para acometer esa contraofensiva ucraniana en los próximos meses. Una contraofensiva que tendrá que hacerse, además, sin apoyo de la imprescindible aviación. Salvo que las cosas cambien en breve y Occidente pase una nueva línea roja y envíe sus cazas de combate a Ucrania.
La presión rusa sobre Bakhmut y otros puntos del frente en el Donbás no hace factible otra respuesta ucraniana que un ataque masivo para el que, de momento, el Ejército de Kiev no dispone de los medios adecuados, a pesar de los miles de millones en armas enviados por Estados Unidos y Europa.
Bakhmut podría decidir la guerra
La caída de Bakhmut podría abrir una brecha hacia el oeste y dejar expuestas ciudades como Kramatorks y Sloviansk, cuya toma por los rusos daría al Kremlin el control de la práctica totalidad del Donbás. El presidente ruso, Vladímir Putin, considera que con esa victoria podría comparecer ante la ciudadanía de su país y dar por finalizada la campaña de Ucrania, al tiempo que abrir la negociación de un alto el fuego con una posición muy ventajosa para Rusia.
La línea del frente oriental parece ajena a las maniobras diplomáticas para dejar a China fuera de la ecuación ucraniana. En cambio, suenan fuerte los rumores que hablan de que Washington y Bruselas obligarían a Kiev a sentarse a la mesa de las negociaciones si el Ejército ucraniano fracasara en su contraofensiva antes del otoño. Así lo ha señalado la publicación alemana Bild, que cita a fuentes oficiales.
En respuesta a los fallos que está empezando a manifestar la defensa ucraniana de Bakhmut, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha cesado al comandante de las Fuerzas Conjuntas en la región del Donbás, Eduard Moskaliov. Este militar ejercía el mando en una de las zonas más complicadas de la contienda desde marzo del año pasado.
La presión rusa no se limita en la actual etapa de la guerra al Donbás, ese territorio donde prendió el conflicto ya en 2014. Según fuentes militares ucranianas, el Ejército ruso está concentrando un gran número de fuerzas y de equipamiento militar cerca de las localidades de Vasylivka y Hulyaipole, en la región de Zaporiyia, otro de los territorios ocupados y anexionados por Moscú en esta invasión, junto a Donetsk, Lugansk y Jersón. La península de Crimea fue anexionada ya en 2014.
EEUU empeñado en acusar a los chinos de ayudar a Rusia
El nerviosismo es palpable en Washington y Bruselas ante este avance ruso metro a metro en el Donbás, que pone una espada de Damocles sobre la esperada contraofensiva ucraniana de primavera. Nerviosismo que se ha reflejado en esa destitución del comandante de la Fuerzas Conjuntas ucranianas en el Donbás y en las renovadas acusaciones de Estados Unidos a China sobre sus supuestos planes para suministrar "material militar letal" a Rusia.
Entre estas armas figurarían munición y drones kamikaze, según la Casa Blanca y la CIA, que no han especificado el origen de esta información, negada por otra parte por China.
El nerviosismo es palpable en Washington y Bruselas ante este avance ruso
Los drones se han convertido en protagonistas de este conflicto por su bajo costo y su efectividad para golpear objetivos muy precisos. Los nuevos ataques rusos con drones lanzados este lunes contra Kiev han dejado en bastante mal lugar a las informaciones que en Occidente insistían en que el ejército de Moscú se había quedado sin este tipo de armamento.
Sucedió lo mismo con los misiles o la munición de artillería, supuestamente agotados hace meses en los arsenales rusos, según filtraba el Ministerio de Defensa británicos a los medios de prensa occidentales. Se insistía por parte de la inteligencia militar occidental en minusvalorar el potencial ruso y el ridículo acababa siendo evidente.
No es el único agujero en la estrategia de un Occidente volcado en el envío de armas a Ucrania mientras elude la vía pacífica para parar este sangriento conflicto. Es curioso que el segundo año de guerra comience con un plan de negociación anunciado por un país, China, que no está de momento implicado en el conflicto y que la respuesta sea acusar a ese país de preparar "armas letales" para enviar a Rusia, sin especificar cuándo, dónde o cómo se harán esos suministros.
Y lo más inquietante es que quien hace estas acusaciones, EEUU, lleve ya suministrados a Ucrania desde que empezó la guerra cerca de 30.000 millones de dólares en armas y asistencia militar, y prepare otro tanto para los próximos meses.
Hay mucha inquietud ante la posibilidad de que China acabe hartándose de la duración de una crisis que está dañando mucho a su economía y opte por un "reequilibrio" de la situación que obligue a Kiev y Occidente a sentarse a la mesa de las negociaciones para evitar males mayores.
A EEUU no le gusta el plan de paz chino. A Hungría, sí
Este domingo, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, volvió a advertir a China de las graves consecuencias que tendría cualquier entrega de ayuda militar ofensiva a Rusia. Sullivan se unía a las advertencias realizadas ya por el Departamento de Estado y la CIA la semana pasada.
Estas amenazas se produjeron después de conocerse la intención de China de proponer un plan de paz de 12 puntos, en el que Pekín pide un alto el fuego, defiende la necesidad de garantizar de forma efectiva "la soberanía, la independencia y la integridad territorial de todos los países", e insta a poner fin a las sanciones que pesan sobre Rusia.
Sullivan explicó que en estos momentos China está sopesando las implicaciones que puede tener un posible suministro de armas a Rusia, lo que supondría "un coste muy real" para ese país. Estados Unidos "no está haciendo una amenaza directa. Solo estamos exponiendo tanto lo que está en juego como las consecuencias, cómo se desarrollarían las cosas. Y lo estamos haciendo clara y específicamente a puerta cerrada", afirmó Sullivan.
Quien sí se ha manifestado en las últimas horas a favor del plan de paz chino ha sido el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán. "Creemos que es importante el plan de paz chino y lo apoyamos", ha destacado.
Orbán previene contra el envío de tropas europeas a Ucrania
El líder ultranacionalista húngaro, una de las pocas voces que se han alzado contra la actual implicación europea en la guerra, ha mostrado su preocupación ante la realidad de que "paso a paso, toda Europa se esté deslizando hacia una guerra". Orbán ha criticado el envío de tanques europeos a Ucrania y ha denunciado que se está tratando ya la posible entrega de aviones de combate. "Si las cosas siguen así, habrá quienes deseen enviar tropas a Ucrania", ha dicho Orbán en la inauguración de la sesión de primavera del Parlamento húngaro.
Orbán ha criticado el envío de tanques europeos a Ucrania
No es solo el conservador Gobierno húngaro el que se está haciendo oír contra el actual rumbo del conflicto. Crecen en el mundo las voces que se niegan a aceptar toda la versión de Occidente sobre la guerra. Aunque reclaman el respeto a la soberanía de Ucrania, rechazan tomar partido en este conflicto, en el que ven también, mejor que en los países europeos, la pugna de superpotencias y ven con preocupación el rumbo catastrófico al que puede llevar esta guerra por delegación, donde los principales rivales están pertrechados con armas nucleares.
En la reunión que el Grupo de los Veinte celebró este fin de semana pasado en Bangalore, India, los responsables de finanzas de las economías más importantes no lograron el consenso sobre Ucrania. Aunque buena parte de los asistentes condenaron la invasión rusa, no hubo acuerdo para emitir un comunicado conjunto.
A India no le convence la visión occidental de la guerra
India, que preside en estos momentos el G20, trató de evitar que se abordara directamente la cuestión de la guerra, con la oposición de los países de Occidente asistentes al encuentro. El primer ministro indio, Narendra Modi, esquivó el uso de la palabra "guerra" y eludió referirse a Rusia. No obstante, subrayó que desde el comienzo del conflicto, India "ha insistido en resolver esta disputa a través del diálogo y la diplomacia".
Nueva Delhi se ha beneficiado del incremento del suministro de petróleo ruso a Asia tras el comienzo de la contienda y después de que las sanciones occidentales pusieran fin al flujo a la Unión Europea del crudo procedente de Rusia. India apuesta, en ese sentido, por una posición neutral en el conflicto, aunque se muestre a favor del respeto a la soberanía de los estados.
En la reciente votación que convocó la Asamblea General de la ONU para condenar la invasión rusa, India fue uno de los 32 países que se abstuvieron. Esa resolución, que no era vinculante, tuvo 141 votos a favor y siete en contra. El documento exigió además el fin de las hostilidades y la salida de las tropas rusas de los territorios ocupados en Ucrania. China fue otro de los países que se abstuvieron en la votación.
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