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Sanders pide el voto para Hillary Clinton pero avisa de que
mantendrá su "revolución política"

El senador independiente y principal rival de la candidata demócrata en las primarias del partido pide "unidad" para impedir una escalada de Donald Trump.

El senador Bernie Sanders durante su discurso en la apertura de la Convención Demócrata en Filadelfia. EFE

PÚBLICO/ AGENCIAS

El senador independiente Bernie Sanders ha pedido este lunes unidad en torno a la candidata oficial y su principal rival en las primarias del Partido Demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, frente a la "división" del candidato republicano, Donald Trump.

"Necesitamos un liderazgo que nos una y nos haga más fuertes, no un liderazgo que insulta a los latinos, a los mexicanos, a los musulmanes, a las mujeres, a los afroamericanos, a los veteranos y enfermos para dividirnos. Por eso, Clinton debe ser la presidenta de EEUU", destacó Sanders en la Convención Demócrata que arrancó ayer en Filadelfia en medio de la polémica.

Unas horas antes, la presidenta del Comité Nacional Demócrata (CND), Debbie Wasserman Schultz, tuvo que presentar su dimisión tras verse envuelta en un escándalo por la filtración de más de 19.000 correos electrónicos en los que quedaba demostrado, precisamente, que la CND tenía como clara favorita a Clinton e intentó frenar la creciente rebelión de simpatizantes de Sanders, algo que el propio senador había denunciado y que terminó por confirmarse al salir a la luz los miles de mails.

No obstante, Sanders no quiso ahondar en el escándalo y centró su discurso en defender a la candidata oficial y en lo que ha sido hasta ahora el mayor objetivo del senador: que Trump no llegue a presidir el país. Sanders, a quien el Comité Demócrata pidió perdón, fue recibido por una gran ovación al ritmo de America, de Simon y Garfunkel.

"Estas elecciones se tratan y deben tratarse de las necesidades de los estadounidenses y del futuro que creamos para nuestros hijos y nuestros nietos", subrayó Sanders, al que votaron 13 millones de personas en el proceso de primarias y que fue interrumpido sin cesar por los aplausos de sus seguidores.

"No es ningún secreto que Clinton y yo no estamos de acuerdo en un buen número de temas", reconoció el senador demócrata, pero defendendió que, como él, Clinton entiende el impacto del cambio climático, los aprietos económicos de la clase trabajadora y la necesidad de un cuidado sanitario accesible.


"Somos más fuertes, cuando latinos, asiático americanos, nativos americanos y todos nosotros estamos juntos. Somos más fuertes cuando hombres, mujeres, jóvenes, viejos, los que han nacido aquí y los que son inmigrantes luchamos juntos", subrayó.

Seguirá con su "revolución política"

No en vano, y pese a pedir el voto para Clinton, Sanders prometió continuar con su "revolución política" y pidió a sus seguidores que se sientan orgullosos de los "logros extraordinarios que han conseguido".

Durante casi un año, el despeinado senador enarboló el desencanto de muchos estadounidenses con la erosión de la clase media consiguiendo recaudar casi 13 millones de votos, toda una hazaña para un político que se atrevió a definirse como "socialista" en Estados Unidos.

"Quiero que el país, el mundo y nuestra gente aprecie el tipo de éxito que hemos tenido", justificaba Sanders, durante una entrevista este mes con el diario USA Today, para mantener su movimiento vivo hasta la convención.

La campaña de Sanders comenzó en mayo de 2015 con un pequeño mitin en el estado al que representa, Vermont, donde prometió generar un "movimiento de millones de personas" que exigieran el fin de la corrupción financiera y política que, a su juicio, estrangula a la clase media del país y entorpece las reformas en Washington.

Pocos dieron crédito entonces a ese senador independiente que ni siquiera formaba parte del Partido Demócrata y que había decidido desafiar a una de las políticas más poderosas y conocidas del país.

Pero Sanders demostró enseguida que era más que un iluso insurgente, y los jóvenes y progresistas que abarrotaban sus mítines llegaron a creer que tenía opciones de repetir la gesta de Barack Obama en 2008 y arrebatar la nominación demócrata a Clinton, la eterna favorita del partido.

A menudo se quedaba ronco por alzar la voz en sus denuncias del "corrupto" sistema financiero y casi siempre parecía enfadado, pero sus seguidores solo veían en eso una confirmación de su imagen de político auténtico, defensor de los mismos valores progresistas durante décadas frente a las ideas cambiantes de Clinton.

La batalla de las primarias se alargó hasta junio, alimentada por una entusiasta base de votantes que financiaba generosamente a Sanders para que éste cumpliera su promesa de no aceptar las interesadas donaciones de poderosos grupos de interés político y económico, uno de sus principales puntos de contraste con Clinton.

Su apoyo final a Clinton decepcionó a muchos de sus seguidores, que habrían preferido que compitiera como aspirante independiente o apoyara a la candidata del Partido Verde, Jill Stein.

Pero Sanders había subrayado a lo largo de toda la campaña que el mayor peligro para el país era la posible elección en noviembre del republicano Donald Trump, y su aparición en la convención tuvo como principal objetivo aunar fuerzas contra el magnate.

Pese a lo indomable de sus admiradores, la campaña de Bernie ha reflejado la deriva progresista del Partido Demócrata y motivado en buena parte el giro a la izquierda de Clinton en muchos temas, entre ellos su rechazo al tratado comercial TPP entre EEUU y once países.

El senador también ha dejado huella en la plataforma demócrata, una hoja de ruta ideológica del partido para los próximos cuatro años que aboga por la abolición de la pena de muerte y por un salario mínimo de 15 dólares la hora a nivel nacional.

Los nuevos objetivos de Sanders son ayudar a elegir a aspirantes progresistas para cargos legislativos en noviembre y promover una reforma del Partido Demócrata, cuya parcialidad en el proceso de primarias se ha puesto en evidencia con la filtración de correos del Comité Nacional de la agrupación política.

Nacido en Brooklyn (Nueva York) en 1941, Bernie Sanders es el hijo de un inmigrante judío que huyó del Holocausto en su natal Polonia y una neoyorquina con raíces polacas y rusas, aunque es poco religioso e incluso ha presionado por un mayor apoyo al pueblo palestino en la política exterior de Estados Unidos.

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