Este artículo se publicó hace 16 años.
Sarkozy convoca a la UE para hacer frente a Moscú
Habrá una cumbre de jefes de Estado el día 1 de septiembre que se centrará en las relaciones con Rusia
Rusia ha colmado la paciencia de Nicolas Sarkozy. Harto de la ostensible resistencia de Moscú de retirarse completamente de Georgia, el presidente de turno de la Unión Europea convocó ayer, y de forma extraordinaria, una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete para el 1 de septiembre.
Sarkozy dio el puñetazo sobre la mesa para “responder a las solicitudes de varios países miembros”, informó el palacio del Elíseo en un comunicado. Pero no es difícil deducir el enfado del presidente francés, contrariado por la desobediencia del Kremlin al plan de paz firmado con su homólogo ruso, Dimitri Medvédev, la pasada semana, y a las indicaciones de la reunión de la OTAN del martes en Bruselas.
La cumbre tendrá carácter monográfico. “Se consagrará a la crisis en Georgia”, afirma la nota, a la que seguirá el debate de la ayuda que la UE donará. Y, sobre todo, se abordarán las “futuras relaciones con Rusia”. El punto más decisivo.
Sarkozy explotó la diplomacia hasta anteayer. En una conversación telefónica con Medvédev, le instó a una rápida y total retirada de Georgia. Moscú aún mantiene las tropas en el segundo puerto del país transcaucásico, Poti, fuera de la zona de seguridad. En el comunicado que emitió El Elíseo tras la charla, ambos presidentes se mostraron “convencidos de la importancia de poner plenamente en marcha los seis puntos del acuerdo de alto el fuego”.
La crisis georgiana está colocando en un brete a un tradicional aliado de Rusia, Alemania. La canciller, Angela Merkel, volvió a pedir el repliegue de Moscú y alertó: “Quizá se produzcan limitaciones en el contacto con Rusia”.
Por otra parte, ayer explotó un tren con combustible y un almacén de municiones cerca de Gori, zona que dejaron los rusos el viernes.
LIGERA REMONTADA DE POPULARIDAD
A ‘Sarko’ le siguen yendo mal las encuestas, pero algo ha mejorado en agosto. Según un sondeo publicado ayer por Le Journal du Dimanche, la popularidad del presidente está en el 40%, dos puntos más que en julio. Con todo, el 59% desaprueba su gestión. Las cifras son casi las inversas a las que obtuvo nada más ser elegido. En mayo de 2007, apreciaba a Sarkozy el 65% de los franceses. En agosto, su popularidad llegó al 69%.
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