Este artículo se publicó hace 14 años.
Sarkozy se queda aislado como defensor del armamento atómico
Aseguró en su día que sería legítimo lanzar una bomba atómica como "advertencia nuclear" frente a cualquier enemigo
Nicolas Sarkozy volvió hoy a quedar aislado y a contrapié por una declaración de su homólogo estadounidense. En la cena Sarkozy-Obama de hace una semana que el Elíseo quiso que fuese espectacular, Obama no susurró ni una palabra a Sarkozy sobre el anuncio efectuado hoy. Ahora, el jefe de Estado francés se queda solo con su doctrina de uso amplio del armamento atómico.
Sarkozy había definido su doctrina del uso de la bomba en marzo de 2008, diez meses después de llegar al poder. Durante el bautizo de un nuevo submarino lanzamisiles Le Térrible, aseguró que sería legítimo lanzar una bomba atómica como "advertencia nuclear" frente a cualquier enemigo, que definió como "todo aquél que amenazara con tocar nuestros intereses vitales".
Llegó a asegurar que esos enemigos podrían ser, no sólo cualquier Estado, sino también "entidades de origen estatal". Para colmo, aseguró que no era necesaria una agresión auténtica, puesto que también se merecería una advertencia nuclear "todo aquél que se confundiera en cuanto a la delimitación de nuestros intereses". Con una definición tan amplia, Sarkozy se acercaba al concepto de ataque nuclear preventivo que había sido banalizado por Washington en la era de Bush y por Moscú en la quizá inacabada era de Putin.
A primeros de marzo, durante una rueda de prensa con el presidente Dimitri Medvédev, Sarkozy subrayó que Francia no empezará a reducir su arsenal hasta que Moscú y Washington hayan bajado a su nivel. Pero Sarkozy olvida algo: hasta los altos oficiales franceses acostumbran a reírse del potencial real del arsenal nuclear francés, calificado amorosamente de Bombinette; es decir, la bombita.
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