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Los seguidores de Fini se van del Gobierno italiano

El partido del rival de Berlusconi retira su apoyo al primer ministro

DANIEL DEL PINO

Cuando las cosas iban mal, Silvio Berlusconi usaba la envolvente. Una técnica que se puede aplicar por igual a los amores o a la política. Con una reunión en su mansión de Arcore, una buena cena y algún chascarrillo, las ovejas descarriadas volvían siempre al redil. Pero los tiempos han cambiado y esas ovejas hoy dirigen sus propios rebaños.

Gianfranco Fini es la prueba. El líder de Futuro y Libertad (Fli) y presidente de la Cámara de Diputados le pidió hace nueve días que dimitiera si aún le quedaba algo de 'coraje político'. Si no, tendría que atenerse a las consecuencias. Y Berlusconi no dimitió.

Por eso ayer los finianos Andrea Ronchi, Antonio Buonfiglio, Adolfo Urso y Roberto Menia dejaron los cargos que aún ostentaban en el Ejecutivo, abriendo de manera oficial la crisis de Gobierno. Un viceministro y tres subsecretarios. Además, el Fli anunció ayer oficialmente que retira su apoyo al Gobierno a través de un comunicado.

La dimisión de los componentes del Fli venía precedida de la moción de censura en la Cámara Baja del Parlamento que presentaron el viernes el Partido Democrático y la Italia de los Valores. Intentando paralizar la ofensiva, el Pueblo de la Libertad (PdL) de Berlusconi presentó a su vez una moción de confianza en el Senado, donde tiene mayoría. Anoche, tras reunirse con su último aliado, el líder de la Liga Norte Umberto Bossi, el primer ministro reconoció que convocará elecciones anticipadas si el Parlamento le retira la confianza.

Con tanto ruido, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, convocó ayer al presidente del Senado, Renato Schifani, y al del Parlamento, el propio Fini, a una reunión en la mañana de hoy. De aquí saldrán las fechas en las que se decidirá el futuro de Berlusconi. Napolitano también lanzó un aviso a navegantes: la responsabilidad de disolver las cámaras según el artículo 88 de la Constitución es sólo suya como jefe del Estado. Así que si Berlusconi está buscando la salida de emergencia, deberá preguntarle primero a él dónde está.

Para el PdL, la retirada del Fli del Gobierno es una 'traición y una irresponsabilidad política'. Para el Fli es sólo 'una página que se cierra y otra que se abre'. Entre medias, la oposición de izquierdas acaba de encontrar un oasis en la travesía por el desierto a la que está sometida desde que cayera el Gobierno de Romano Prodi en 2008.

En el juego de alianzas hay dos vértices definidos y uno que está por emerger. Por un lado, el PdL y la Liga Norte, que forman el actual Gobierno. Por otro, la coalición de izquierdas encabezada principalmente por el PD. El tercero en discordia sería el que intenta formar Fini. Unión de Centro (UdC), Alianza por Italia (ApI) y el Movimiento por las Autonomías (MpA) están en su barco conformando una coalición de centro-derecha que, según los sondeos, tiene pocas opciones.

En Arcore, Berlusconi preparaba anoche el contraataque con Bossi, el único que aún se deja hacer la envolvente. Pero Il Cavaliere debería andarse con cuidado, porque el separatista jefe de la Liga Norte, hace tiempo que maneja su propio rebaño. Y de amor anda justo.

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