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Siguen los tiras y aflojas por el plan anticrisis y los líderes acusan a Holanda y Austria de instrumentalizar la cumbre

72 horas después, los líderes europeos siguen sin acordar las claves del Fondo de Recuperación para hacer frente a los destrozos económicos del COVID-19 tras su paso por la Unión

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, llega a una reunión de la cumbre de la UE.- REUTERS
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, llega a una reunión de la cumbre de la UE.- REUTERS

Tras tres jornadas maratonianas, de intensa negociación y tiras y afloja entre países, pasada la medianoche de este domingo no había acuerdo para el Fondo de Recuperación de la Unión Europea. Los jefes de Estado y de Gobierno no acaban de lograr un compromiso acerca del tamaño del plan y el equilibrio entre transferencias directas y préstamos, lo que genera frustración entre las delegaciones.

Justo antes de que los líderes fueran convocados para cenar, desde el norte Países Bajos, Austria, Dinamarca, Suecia y Finlandia han deslizado una propuesta: rebajar el plan anticrisis de 750.000 a 700.000 millones de euros y repartir a partes iguales entre ayudas y préstamos.

Un planteamiento que el resto de países habría rechazado de pleno. La canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro francés, Emmanuel Macron, se han mostrado firmes para que no se desvirtúe el objetivo por el que se creó el Fondo de Recuperación. Por ello, defienden su modelo y rechazan un nuevo recorte en los subsidios.

En la propuesta original de la Comisión Europea, el fondo tenía un tamaño de 750.000 millones de euros, que se dividía en 500.000 millones de euros en transferencias directas y 250.000 millones en préstamos. El presidente del Consejo presentó este sábado una oferta para hacer un guiño a los austeros, donde mantenía el tamaño, pero rebajaba los subsidios a 450.000 millones, y dejando los préstamos en 300.000 millones.

En vistas de que los prestamistas rechazaban estas cifras, fuentes diplomáticas han comentado esta tarde que Michel podría proponer rebajar las ayudas 50.000 millones más, dejándolas en 400.000 millones de euros. Este es el límite que estaría dispuesto a aceptar el eje franco-alemán, montante con el que España podría sentirse cómoda.

Alrededor de las 11 de la noche se ha hecho un receso para que los líderes puedan hablar con sus equipos y sus homólogos y decidir si merece la pena continuar remando con el objetivo de alcanzar un acuerdo esta madrugada o, por lo contrario, convocan una nueva cumbre europea dentro de unos días.

Según fuentes diplomáticas, este domingo se habría formado una escisión entre los países del norte. Mientras que Suecia, Dinamarca y Finlandia estarían más dispuestos a negociar la propuesta del presidente del Consejo, Holanda y Austria seguirían mostrando un rechazo frontal.

"Los valores europeos nunca han estado en venta, la mayoría de países de la Unión Europea está unida y solo una minoría acusa al resto de no querer hablar de Estado de Derecho", ha señalado una fuente diplomática. "Austria y Holanda están instrumentalizando el Estado de Derecho", añade otra fuente.

Sin embargo, el discurso de los frugales es distinto. Se muestran molestos porque, según comentan, no hay voluntad de hablar del Estado de Derecho. Los nórdicos consideran que es una estrategia para que si el debate encalla sea culpa suya, mientras que si avanzan con el punto de Estado de Derecho la cumbre se bloquearía por culpa de otros países –Hungría y Polonia.

Un belga en busca del consenso "imposible"

Bélgica obtuvo hace años el récord Guinness mundial, por tardar 541 días en formar gobierno. Este hecho fue suficiente para bromear de forma recurrente entre expatriados y decir que los belgas saben adaptarse a cualquier contexto. También que el país funciona mejor sin Gobierno. Lo cierto es que, sin caer en estereotipos típicos de una sobremesa de domingo, los belgas –generalmente– son personas pacientes, dialogantes y que saben alcanzar consensos.

Tal vez por ello, se espera que el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ex primer ministro belga, consiga concluir esta cumbre europea con un acuerdo. Sin embargo, parece agotado de las exigencias de los países del norte y en el discurso que ha dado en la cena de esta noche, ha instado a los líderes a estar a la altura.

Ha recordado a los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea el contexto extraordinario que está atravesando el bloque comunitario y el resto del mundo, así como la triste pérdida de 600.000 vidas a causa del COVID-19. Por ello ha pedido compromiso y unidad y ha instado "desde el respeto", a los 27, a mostrar la Europa de la unidad y de la confianza. "¿O quieren que mostremos la cara de una Europa débil, minada por la desconfianza?", les ha preguntado.

"Mi deseo es que lleguemos a un acuerdo y que los periódicos de mañana abran diciendo que la UE ha logrado una misión imposible", ha comentado el ex primer ministro belga. "Lo digo de todo corazón", ha concluido.

El perfil bajo del líder de la socialdemocracia europea

Una de las anomalidades de esta cumbre es que, ante la imposibilidad de cumplir con unas reglas básicas de distancia social, la prensa no ha podido acceder a las instalaciones del Consejo Europeo. Por ello trabaja desde casa, recibiendo información a través de grupos de WhatsApp creados específicamente, de las redes sociales, de briefings telemáticos, intercambio de mensajes con colegas de otras nacionalidades o llamadas con alguna fuente.

Sin embargo, la información por parte de la delegación española es escasa. Entre los corresponsales sorprende el perfil tan bajo del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, a lo largo de las tres jornadas de cumbre europea. A pesar de que España es uno de los países que aspira a ganar más con este fondo, Sánchez se ha limitado a dar una declaración ante la cámara, sin periodistas, el viernes. Desde entonces, ha guardado silencio.

Sorprende que esta sea la actitud de una persona que aspira a liderar la socialdemocracia europea y que durante años ha criticado los desplantes del entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ante la prensa, con sus famosas comparecencias a través de un televisor de plasma.

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